lunes, 12 de diciembre de 2016

Einstein en España (1): Aparici, Rey y Terradas

Por cierto que otro miembro de la familia Aparici, el general Rafael Aparici, un relativista especulativo, escribió unos años después un libro sobre la relatividad, su título, La gravitación ondulatoria, o sea, una opinión más acerca de las teorías de Einstein (1952).

En él aporta una explicación sobre la Teoría de la Relatividad General (TRG), que discrepa bastante de la del alemán. De hecho llega a una solución bien diferente y sorprendente.

En su desarrollo, y aceptando que debe existir un límite para la velocidad de la materia, concluye que las ondas de gravitación deben avanzar en sentido opuesto, es decir, hacia el Sol.

Lo que le lleva a una aparente paradoja.

Paradoja pues de ser así, la materia no produciría gravitación, pero las ondas gravitatorias sí producirían materia, lo que obliga a plantear la siguiente pregunta: ¿Cuál es el origen de estas ondas?

Una pregunta no fácil de responder de manera argumentad y sencilla aquí, ahora y por quien esto escribe pero que, créanme cuando les digo que lleva a pensar que, sin lugar a duda, el general Aparici no llegó a comprender el concepto einsteniano de la gravitación.

Nada excepcional por otro lado si se piensa bien, pues le ocurrió ni más ni menos lo que a tantos otros, científicos y no científicos, desde aquel entonces hasta nuestros días. No.

Comprender la relatividad y sus consecuencias, no es fácil ni muchísimo menos.

Otros científicos: Rey Pastor y Terradas
Y hablando de otros, me limitaré sólo a algunos científicos, han de saber que Einstein ya había sido invitado en 1921 a visitar España.

Lo hizo el matemático Julio Rey Pastor (1888-1962), uno de los renovadores de las matemáticas en todo el mundo de habla española. Es a él a quien Einstein expone su preocupación e impone sus exigencias respecto al idioma:

“Aceptaré su invitación con la condición de que limite mis conferencias al área de la ciencia y de que me pueda valer de dibujos y fórmulas matemáticas.



Dada mi total incapacidad para hablar en español y mi deficiente conocimiento del francés, sería incapaz de presentar mis conferencias si sólo tuviera que valerme de palabras.

El alemán es el único idioma en el que puedo hablar inteligiblemente acerca de mi teoría. Le comunico que espero con placer verlo a usted de nuevo y conocer por mí mismo su hermoso país”.


Pero en esa ocasión no pudo ser, si bien el alemán le prometió que lo haría lo antes posible. Que fue lo que ocurrió justo al año siguiente, cuando aceptó la invitación conjunta del físico, matemático e ingeniero Esteve Terradas (1883-1950) y de Rey Pastor.

Además en esta ocasión Terradas le ofrecía las ya comentadas siete mil pesetas (7 000 pts.) por las charlas de Barcelona y Madrid. Una cantidad significativa ya que equivalían a dos (2) años de salario de un profesor universitario. O sea que bien.

De Terradas comentarle aquí tan solo un par de pinceladas a título de curiosidad.

Una. Está considerado el español con el coeficiente intelectual más alto de la historia, además de estar dotado de una memoria capaz de asimilar hasta trescientas (300) páginas en un solo día.

Dos. En la misma línea de la anterior, Einstein dijo de él en cierta ocasión: “Éste [Terradas] es uno de los cinco hombres más inteligentes que conozco y uno de los pocos que puede comprender hoy en día la Teoría de la Relatividad”.

Como dice el proverbio “Algo tendrá el agua cuando la bendicen” dicho aquí a modo de justificación de la alabanza. (Continuará)



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