De los ciento setenta y cuatro (174) otorgados en Química, sólo cuatro (4) pertenecen a mujeres: Marie Curie en 1911, Irène Joliot-Curie en 1935, Dorothy Crowfoot Hodgkin en 1964 y Ada E. Yonath en el 2009.
Y de doscientos cuatro (204) Premios Nobel en Medicina y Fisiología, en esta ocasión doce (12) son mujeres: Gerty Radnitz Cori en 1947, Rosalyn Sussman Yalow en 1977, Bárbara McClintock en 1983, Rita Levi-Montalcini en 1986, Gertrude Belle Elion en 1988, Christiane Nüsslein-Volhard en 1995.
Y ya en el siglo XXI: Linda B. Buck en el 2004, Françoise Barré-Sinoussi en el 2008, Elizabeth H. Blackburn en el 2009, Carol W. Greider en el 2009, May-Britt Moser en el 2014 y Tu Youyou en el 2015.
O sea que hay ciencias y ciencias. Todas iguales pero unas menos iguales que otras. En fin.
Posibles candidatas para este 2016
Les decía más arriba que candidatas científicas este año no faltaban. Por lo que he podido leer, a mi entender, hasta tres (3) podrían haber sido. Una de ellas ya lleva varios años en el bombo, pero por el motivo que sea, no termina de salir. Se trata de la astrónoma estadounidense Vera Rubin (1928), reconocida por el hallazgo de evidencias de la materia oscura.
Como saben es un tipo de materia invisible e indetectable, por ahora, para los instrumentos humanos, pero que ocupa una parte del Universo y tiene influencia gravitacional sobre las galaxias.
Las otras dos candidatas al Nobel científico de este año son, la química estadounidense Jennifer Doudna (1964) y la microbióloga y bioquímica francesa Emmanuelle Charpentier (1968), conocidas por sus trabajos en CRISPR-Cas9.
Por cierto que ambas recibieron el año pasado el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2015.
Matando al mensajero
Termino esta quinta entrada de, por ahora, esta última remesa de Aquí unas científicas, como empecé la primera ‘Mujeres, Nobel y Ciencias (1)’, pero con una nota triste y de desesperanza. Resulta que debido a su tuit de hace un par de semanas, aquel en el que denunciaba el agravio nobelero, a la biotecnóloga Ángela Bernardo le han llovido insultos y amenazas en las redes sociales.
Retuiteado miles de veces y con miles de “me gusta”, la científica ha recibido también un aluvión de advertencias y mensajes machistas y vejatorios. Una nueva versión del clásico metafórico y un viejo tipo de falacia lógica ad hominem.
Lo curioso del asunto es que si se bichea por ahí, se encuentra uno con otros tuiteros, quiero decir hombres, que han resaltado igualmente la discriminación pero que, mire usted por donde, no han recibido ningún tipo de agravio ni intimidación.
Cuándo menos curioso, ¿verdad? No. No parece que la igualdad de género tenga pinta de llegar antes que después. Más bien todo lo contrario y las estadísticas así lo prueban.
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