viernes, 4 de noviembre de 2016

Segregación de género y Ciencia (2)

(Continuación) Un fenómeno por el cual las mujeres se encuentran con una limitación a su ascenso laboral en el interior de las organizaciones. Un techo difícil de traspasar que les impide seguir avanzando, por lo que limita sus carreras profesionales. Y es de cristal porque resulta invisible.

Tanto que en realidad no existen leyes o dispositivos sociales, establecidos y oficiales, que impongan esta limitación explícita en la carrera laboral femenina. Pero es así.

A medida que se sube en el escalafón institucional, académico, profesional o de reconocimientos científicos, disminuye la representación femenina.

2016, otro año sin nobelesas
Como es el caso del Premio Nobel en disciplinas científicas que nos ha traído hasta aquí. Y que este año del Señor del 2016 se ha dejado caer con una docena corta (11) de premiados.

Premiados les digo no en su acepción de masculino genérico, y ya saben por dónde voy. Desde el punto de vista lingüístico, para los sustantivos que designan a seres animados, se puede utilizar el genérico del masculino para designar a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos.

Es sencillamente la inexorable ley de la economía aplicada al lenguaje y con la que se evitan desdoblamientos artificiosos e innecesarios como científicas y científicos, escritoras y escritores, físicas y físicos, biólogas y biólogos, y así ‘ad nauseam’.

No por tanto a once (11) personas les decía, premiado como masculino genérico, sino en el más estricto de género masculino o personas del sexo masculino. Vamos que han sido once hombres y ninguna mujer. 11-0, una derrota por goleada.

Por especialidades los nobel de este año han sido: Tres hombres químicos. Tres hombres físicos. Un hombre biólogo. Dos hombres economistas. Un hombre político. Un hombre cantante, sí en esta ocasión le ha tocado al de los tiempos están cambiando.

En total, once (11) hombres. Porque como en otros tantos años desde su creación, se cumple el ciento quince (115) aniversario, en éste ninguna mujer parece haber hecho méritos para un Premio Nobel.

Nobel sin científicas
Una ausencia de nobelesas que circunscrita al campo de las ciencias ya ha ocurrido en otros tiempos.

En el pasado siglo XX, durante los periodos que van: de 1901 a 1902; de 1904 a 1910; de 1912 a 1934; de 1936 a 1946; de 1948 a 1962; de 1965 a 1976; de 1978 a 1982; de 1984 a 1985; 1987; de 1989 a 1994; de 1996 al 2000.

Y en este siglo XXI desde 2001 a 2003; de 2005 a 2007; de 2010 a 2013; y 2016. Como es fácil de apreciar se trata de un listado con más sombras que luces femeninas.

Unas sombras de lo más negras y alargadas. Aunque eso sí, las luces son brillantes y resplandecientes.

Sin embargo, y a pesar de ser la mitad de la humanidad, los Nobel insisten en ignorar a las mujeres. Y eso que candidatas no faltan pero ya ven, es como si fueran invisibles. Invisibles a los ojos masculinos, claro.

Porque en el caso de las científicas, perdonen la limitación pero es el terreno que mejor conozco, están en los laboratorios, en las aulas, si bien es verdad que salen poco, casi nada, y me refiero, claro, desde el punto de vista científico.

Bueno. En los laboratorios están las que han conseguido llegar y mantenerse. Que esto es como la felicidad que ya saben va por barrios, en este caso por especialidades. Y es que hay ciencias y ciencias. (Continuará)


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