Digo paellera por decir algo. El caso es que si no tiene borde, estoy pensando que el agua de los océanos y los mares se caería. Vamos digo yo. Pero claro, qué sabré.
Pues bien, vuelvo a las bombas V-2 reconvertidas. Muchas de ellas se usaron en múltiples pruebas tanto armamentísticas como científicas. Por ejemplo como la que nos trae.
Y es que en la cabeza de una de ellas se habilitó una cápsula de acero, en cuyo interior iba ubicada y protegida una cámara fotográfica. La prueba tuvo lugar en la base de White Sands Missile Range (Nuevo México) con los resultados ya contados.
Lo que no les he dicho aún es que el vuelo no duró demasiado, apenas unos minutos, tras los cuales el misil volvió a tierra firme a una velocidad de unos quinientos cincuenta kilómetros a la hora (550 km/h).
Que es mucha, mucha, velocidad para toma tierra. Vamos que se estrelló.
Y como fue imposible monitorizar el proceso desde tierra, hubo que esperar al impacto y hacer que un equipo de científicos y militares buscara los restos por las inmediaciones del centro de investigación militar donde cayó, en pleno desierto de Nuevo México.
Lo hallaron y ni que decirles tengo que, a pesar de estar dentro de la carcasa metálica, la cámara terminó hecha añicos pero, sorprendentemente, la película estaba casi intacta.
De la calidad fotográfica del carrete es buena prueba la fotografía de marra.
Una calidad relativa claro, son muchos los años que tienen, pero estas imágenes son parte de la historia de la exploración espacial. Su comienzo quizás de la era moderna y, sin duda, el primer paso de algo que nos ha llevado, y nos llevará, muy lejos.
Adenda
Como se puede imaginar el lanzamiento del 24 de octubre fue solo el primero de una serie de ellos que tuvieron lugar entre 1946 y 1950. Un programa de lanzamientos de cohetes V-2 que proporcionó al ejército estadounidense más de un millar de fotografías de la Tierra y desde diferentes alturas, que llegaron a alcanzar los ciento sesenta y dos kilómetros (162 Km) de altura.
Y con la altura una magnífica información que permitió expandir los conocimientos y la perspectiva científica que en aquella época se tenía sobre nuestro planeta.
No podemos olvidar que si bien hoy es de lo más normal ver fotografías de nuestro planeta por doquier, ofrecidas tanto por satélites (natural y artificiales) como por astronautas, no siempre ha sido así.
Aunque nos parezca ahora increíble, durante miles de años no ha existido ni siquiera asomo de esa posibilidad.
De modo y para que conste, la primera instantánea espacial la sacó una cámara de 35 mm instalada en un misil V-2 en 1946.
Estaríamos en un error si pensáramos que esta primera fotografía podía proceder del satélite soviético Sputnik 1, el primero en ponerse en órbita allá por 1957. Un craso error, ya les digo.
Faltaban aún once (11) años para que los Sputnik inauguraran la era espacial, que son los mismos que hubo entre el cohete nazi V-2 y el globo de helio Explorer II.
¡Qué cosas tienen los números!
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