domingo, 30 de octubre de 2016

(1959) Primera fotografía tomada desde un satélite artificial

Un craso error pues el primer satélite artificial de la historia fue el Sputnik 1, que lanzado el 4 de octubre de 1957 por la Unión Soviética, solo disponía de transmisores de radio a bordo. Así que no puedo hacer ninguna fotografía.

Ni él ni ninguno de los que formaban el programa ruso Sputnik.

Como ya les he contado en otra ocasión, le siguió como segundo satélite en órbita el Sputnik 2, primero en llevar a un animal a bordo, ya saben, la famosa perrita Laika. Tras él vino el fracaso del Sputnik 3, etcétera.

Pero nada de fotografías terráqueas desde esas alturas.

El honor de la primera fotografía tomada desde un satélite artificial le corresponde al satélite estadounidense Explorer 6 o S2, lanzado el 7 de agosto de 1959.

Junto a otras experiencias científicas, el artefacto estaba programado para sacar fotografías de la capa de nubes que envuelven a la Tierra. Y lo hizo.

Fue el 14 de agosto de 1959, cuando el satélite orbitaba a unos veintisiete mil kilómetros (27 000 km) sobre la superficie terrestre y cruzaba México.

Lo que en la imagen se puede (mal) ver es una zona del Océano Pacífico, iluminada por el Sol, cubierta por nubes pero, por desgracia demasiado borrosa. Una contrariedad gráfica, no obstante, que se pudo remediar y con creces unos meses después.

Con creces y por partida doble. Me explico.

El 1 de abril de 1960 era lanzado desde Cabo Cañaveral, Florida, EE. UU, el satélite TIROS I, diseñado en principio para probar desde su órbita, a más de seiscientos kilómetros (600 km) sobre la superficie terráquea, unas nuevas y revolucionarias técnicas de captura de imágenes.

Se pretendía que durante su breve período de funcionamiento, poco más de dos meses, recogiera patrones meteorológicos del planeta de todo tipo. Y vaya si lo hizo.

No solo se convirtió en el primer satélite meteorológico de la Historia, sino que obtuvo la primera imagen de televisión de la Tierra desde el espacio.

Fueron sacadas de la cinta magnética de televisión que grabó la cámara instalada.

En total llegó a sacar unas veintidós mil (22 000) fotografías y tras su éxito se convirtió en el primero de una serie de satélites TIROS.

Fue el precursor de una nueva era en el campo de la meteorología pues, sin duda, los satélites resultaron ser muy útiles en la investigación y estudio de las condiciones atmosféricas, desde el espacio.



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