Tantos sus habitantes como los visitantes que allí fueron a veranear, se encontraron con el inclemente flagelo de un frío extremo, la calamidad de unas lluvias casi continuas y la capota de unas nubes oscurísimas que, durante días, ocultaron el Sol por completo.
De modo que en pleno estío se vieron obligados a recluirse durante días y días en sus alojamientos, al calor de las chimeneas y la luz de las velas encendidas.
Era la única forma de protegerse de los casi interminables e intermitentes temporales de agua y nieve.
Y la zona donde está situado el lago Lemán no fue una excepción. Por la documentación existente sabemos que allí las tormentas fueron frecuentes y violentas.
Así que eléctricos rayos debieron atravesar su oscuro cielo, iluminando con sus relámpagos la superficie del lago y ensordeciendo el ambiente con el estruendo de sus truenos.
Rayos, relámpagos y truenos. Electromagnetismo y mecánica ondulatoria en estado puro y en plena atmósfera. Vaya ambiente.
Villa Diodati
Una catástrofe climática que en las proximidades del lago, tuvo transcendentales consecuencias culturales, en este caso en el terreno literario. Y como ya adelantamos hace un tiempo, vino de la mano de un grupo de amigos que veraneaban a orillas del lago de Ginebra.Me refiero claro a la llamada “liga del incesto”, formada por cinco personas que se establecieron en dos grupos.
De un lado el encabezado por Lord Byron y John Polidori, su médico personal que le acompañaba en calidad de amigo y profesional de la salud.
Se instalaron en Villa Diodati, un palacete porticado y rodeado de viñedos que Byron había alquilado del 10 de junio al 1 de noviembre de 1816 en Cologny, una localidad a orillas del lago Lemán.
Por cierto que se trata de la misma residencia en la que, dos siglos antes, se alojó el poeta y ensayista inglés John Milton (1608-1674), famoso por su poema épico El paraíso perdido.
Un nexo interesante a priori, pues no pasemos por alto la importancia literaria de Milton y su amplia y variada influencia en la literatura posterior.
No en vano, durante el Romanticismo, las alusiones a su obra llegaron a tener un nivel similar al de las referencias clásicas.
Algo que no se puede decir de todos los autores. No. (Continuará)
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