Dejando el satélite, y cuando la noche sea más oscura por haber luna nueva, puede intentar ver la galaxia de Andrómeda; nebulosas de emisión, como la de Orión; o el cúmulo de estrellas de las Pléyades.
Incluso sólo con prismáticos, también se pueden ver las lunas más brillantes de Júpiter (cuando es visible) y hacer un recorrido por la franja estrellada que constituye la Vía Láctea.
Y claro, también se pueden mirar las constelaciones.
Esas agrupaciones ficticias de estrellas, creadas por la imaginación del ser humano, que no todos saben ver. Alrededor de la Estrella Polar se encontrarán Cisne, Casiopea, Osa Menor y Jirafa.
Las constelaciones eclípticas visibles durante este periodo son las que van de Capricornio a Virgo. Y por encima de la eclíptica destacarán Pegaso y Andrómeda; por debajo, Ballena y Orión, así como las estrellas Sirio y Proción.
A propósito del Sol
Como ya sabemos, la actividad solar se caracteriza por la presencia en su superficie de manchas, fulguraciones y protuberancias.Un conjunto de fenómenos físico-químicos, que en la Tierra se aprecian en forma de alteraciones sobre la propagación de las ondas de radio y en una mayor presencia de auroras polares.
Se trata de una actividad cíclica, con un periodo aproximado de once (11) años, que está asociada al ciclo magnético del Sol. El actual es el ciclo solar número 24. Comenzó en diciembre de 2008 y tuvo un máximo en abril de 2014.
Según las estimaciones realizadas por NOAA y Space Weather Prediction Center, durante el otoño el número de manchas solares seguirá decreciendo alcanzando valores entre 43 y 69.
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