La mayoría de las comunicaciones de este nuestro hiperconectado planeta, y que tienen lugar en la actualidad de forma prácticamente instantánea, no se realizan vía satélite como muchos podemos pensar a bote pronto. No.
En pleno siglo XXI, la red mundial de telecomunicaciones está basada en los cables de fibra óptica tendidos sobre los fondos marinos, y que enlazan casi todas las costas del globo con sus más de novecientos mil kilómetros (900 000 km) de longitud.
Un valor más que considerable.
Un valor más que considerable
Lo es si pensamos que el diámetro ecuatorial terrestre mide 12 756 km, por lo que la longitud de su circunferencia viene a ser de 40 075 km. Una simple operación aritmética nos dice que con estos cables podríamos dar unas 22,5 vueltas a nuestro planeta.Lo que no es, en absoluto, moco de pavo.
Unos cables que son herederos tecnológicos y descendientes directos de aquellos antañones hilos de cobre recubiertos de gutapercha, que hace siglo y medio permitían enviar a través del océano, los primeros telegramas.
Ellos son los verdaderos artífices y protagonistas reales de la actual globalización. Ya saben a lo que me refiero. La nuestra está consensuada como la Era de la Globalización y algunos dicen que empezó hace ciento cincuenta años.
Sí. Lo que están pensando.
Todo empezó con el tendido del primer cable telegráfico submarino transoceánico que comunicó ya de manera definitiva, a los habitantes de Europa y Norteamérica, y que tuvo lugar el 27 de julio de 1866.
Para algunos esa fecha es la del primero de los muchos pasos que el hombre ha dado en la consecución de este mundo globalizado que hoy disfrutamos. Una época aquella que marcó un hito en las comunicaciones.
Tanto fue así, que se referían al cable transatlántico de 1866 como ‘La Octava Maravilla del Mundo’.
Pero ojo es lo que piensan algunos, solo algunos, insisto. Que en esto no hay tanto consenso.
Creo que me estoy metiendo en un jardín, del que no sé si sabré salir con bien. Por si quieren saber algo más, vean.
Que más adelante les comento acerca de ciertas referencias literarias y una puntualización ilustrativa de anteriores entradas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario