Pues como todo en esta vida, depende. Todo depende.
Desde cual es el cuerpo de conocimiento que elabora la respuesta, hasta quién es el receptor que lo pregunta, pasando claro por la época en la que éstas ocurren. Empezaré por el campo de la etimología.
Acepción etimológica
Hablando desde el campo de la etimología, el término deriva del latín y éste a su vez del griego y significa “vagabundo”, “errante”. Una acepción que nos puede sonar rara e impropia en la actualidad, pero que tiene su razón de ser.En la antigüedad, cuando se pergeña la palabra, la hipótesis que prevalecía para la explicación de los cielos era la geocéntrica del astrónomo y matemático greco-egipcio Claudio Ptolomeo (100-170).
Es decir una concepción toloméica en la que la Tierra era el centro del Cosmos y a su alrededor giraban describiendo trayectorias circunferenciales, al menos en apariencia, el Sol y la Luna.
Sin embargo a simple vista, había otros cuerpos en los cielos que si bien parecían desplazarse alrededor nuestro, no lo hacían describiendo órbitas circunferenciales. De ahí el nombre de “errantes”.
Ellos son, ya se lo imaginan: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno.
Y tiro ahora de lo que saben es para mí un lugar recurrente, el Diccionario de la Real Academia Española.
Tirando de diccionario
En el clásico y de papel que tengo en la estantería más próxima a la mesa donde trabajo y en otros virtuales y on line, se pueden leer acepciones para este término de planeta, parecidas a éstas: “Cuerpo celeste que gira alrededor de una estrella. Nuestro sistema solar consta de nueve planetas”.O, “Cuerpo sólido celeste que gira alrededor de una estrella y que se hace visible por la luz que refleja. En particular los que giran alrededor del Sol”.
También y de lo más interesante, esta otra, por completa:
“Planeta. Cuerpo celeste que gira alrededor del Sol o de otra estrella, describiendo órbitas cerradas. Los planetas no tienen luz propia, reflejan la luz del Sol, o el astro alrededor del cual gravitan.
Planeta enano. Cuerpo celeste en órbita alrededor del Sol, análogo a un planeta, pero que carece de una masa suficiente para eliminar a cualquier otro cuerpo celeste de su órbita, como Ceres y Plutón.
Planeta menor. Asteroide”.
Vamos que no siempre se puede decir que los diccionarios nos ayuden, sino más bien todo lo contrario. Sobre todo en cuestiones de ciencias. (Continuará)
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