Corre un dicho por el mundillo del grafiti según el cual, allá por los inicios de la década de los años setenta del siglo pasado, un adolescente de origen griego, que se hacía llamar Taki 183, fue el primer escritor de grafiti de Nueva York.
Y no solo eso. La leyenda afirma que fue su escritura, la chispa que encendió el nacimiento del movimiento grafitero. Lo que podría ser cierto, pero no del todo.
Por supuesto que el protagonismo que Taki 183 tuvo, en un artículo publicado en el New York Times en 1971, bien pudo actuar de detonante, pero estaba lejos de ser un pionero solitario.
Fue el primero en ser reconocido por los medios de comunicación, que no es lo mismo, aunque sí lo que da más notoriedad.
Por cierto que su nombre real es Demetrio de ahí el alias, y 183 era el número de la calle de Washington en la que vivía.
Tras él y poco tiempo después muchos jóvenes empezaron a imitarlo.
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