Porque de la granadina Eugenia de Montijo se pueden decir muchas cosas, menos que fuera una mujer de las que pierden el tiempo.
Tremendamente avanzada en mentalidad para su época, entre otras iniciativas promovió la construcción de depósitos de agua y numerosas obras de mejora del alcantarillado de la ciudad.
Unas intervenciones ingenieriles que convirtieron a París en la ciudad más moderna y sana del mundo.
Pero no quedó ahí su beneficiosa influencia.
Derechos para la mujer
Eugenia luchó por los derechos de la mujer hasta el punto de conseguir que, por primera vez, se concediese la Legión de Honor a una de ellas. O eso dicen. Les cuento. La primera mujer en recibir la Legión de Honor fue Angelique Duchemin, sargento de las Fuerzas Armadas de la República Francesa, y la obtuvo el 15 de agosto de 1851 según algunos por influencia imperial.
No obstante hay que poner esta afirmación entre paréntesis precautorios. Precautorios en mi opinión porque, si bien ella ya conocía a Napoleón III desde 1849, no es hasta enero de 1853 cuando se casan.
Y no parece factible esa influencia sobre el emperador, sin estar casada. Máxime si tenemos en cuenta su talante mujeriego.
Pero bueno, estas cosas pueden pasar. Además qué sabré yo.
Siguiendo con su lucha por los derechos de la mujer, Eugenia también abogó y apoyó el sufragio femenino en Francia. O lo que es lo mismo, el derecho al voto para las mujeres. Pero el derecho completo: a votar y a ser votada.
Un logro que no se hizo efectivo hasta casi un siglo después. Sabido es que las cosas de palacio van despacio.
En conjunto y sin duda alguna, la emperatriz contribuyó y no poco, a que París se convirtiera en la Ciudad de la Luz, la Ville lumière. Una luz entendida en sentido amplio.
Reconocimientos científicos astronómicos
A la hora de los reconocimientos, me parece interesante contarles tres (3) reconocimientos astronómicos relacionados con los personajes citados.En primer lugar han de saber que por estas aportaciones de la emperatriz, al asteroide descubierto el 27 de junio de 1857 por el astrónomo y pintor alemán Hermann Goldschmidt (1802-1866) desde París, se le denominó (45) Eugenia, en honor de ella.
Fue el séptimo (7º) de los catorce (14) que este hombre descubrió.
Pero hay más alrededor del asteroide y la emperatriz.
Unos once (11) años después, el 1 de noviembre de 1998, William J. Merline descubrió un satélite de este asteroide 45. Y aunque inicialmente se le denominó S/1998 (45), pronto pasó a ser conocido como Petit Prince.
Y aquí es donde surgen ciertas discrepancias. (Continuará)
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