De las lluvias de estrellas
Como ya hemos comentado en otras ocasiones, estos fenómenos en el cielo se producen cuando el planeta Tierra cruza la órbita de un cometa. Un cuerpo celeste que si pasa lo suficientemente cerca del Sol se calentará obviamente, rompiéndose en trozos que se deprenderán junto con polvo y hielo, dejando a su paso una estela material.
Son precisamente estos cascotes cósmicos los que se estrellan contra la capa más exterior de la atmósfera terrestre, haciéndolo a una velocidad aproximada de ciento cincuenta mil kilómetros por hora (150 000 km/h).
Una velocidad considerable y causa de un rozamiento de estos trozos, polvo y hielo con el aire atmosférico, que hace que se calienten y evaporen, formando lo que llamamos meteoritos o estrellas fugaces y que, debido a la gravedad del planeta, son atraídos hacia su superficie.
Sobre el origen de Delta Acuáridas
Del origen de esta lluvia de meteoritos, lo cierto es que no se sabe nada con seguridad. Como bien saben no soy especialista en ciencias del espacio pero hasta donde he podido averiguar, existía hasta hace bien poco cierto consenso en admitir que eran producto de un choque entre dos cometas.
Una hipótesis de trabajo que recientes estudios han sustituido por otra. Aunque con reservas, ahora se maneja la posibilidad que la Delta Acuáridas proceda del cometa periódico, el relativamente reciente 96P/ Machholz.
Un cometa interestelar, no sujeto a la gravedad de una estrella en concreto, que fue descubierto en 1986, hace tan sólo treinta (30) años, por el astrónomo aficionado estadounidense Donald Machholz, quizás el observador de cometas con más éxito en los Estados Unidos de la actualidad.
No en vano tiene acreditado el descubrimiento de diez (10) de estos cuerpos de órbitas periódicas y no periódicas, lo que es un buen número.
Del 96P/Machholz sepan que tiene una composición química atípica para los cometas del Sistema Solar, y que el periodo de su órbita es de cinco coma tres (5,3) años.
Dentro de los periódicos es uno de los que más se acercan al Sol, siendo por tanto un cometa digamos “impulsivo”, con unas subidas significativas de brillo que vienen acompañadas de rápidas bajadas.
Y hasta aquí de este cometa y esta lluvia de estrellas. Muy pronto, en nada, la siguiente.
Nada menos que las famosas Perseidas conocidas también como Lágrimas de San Lorenzo, ya saben lo próximo que en algunos casos están religión y astronomía, y cuyo máximo se dará alrededor del próximo 12 de agosto.
De ellas sabemos con certeza que el cometa que las origina es el 109P Swift-Tuttle. No insistiremos pues lluvia, santo y cometa ya han aparecido por estos predios.
Por si quieren ya estar vigilándolas recuerden que para distinguirlas, si están en el norte, deben buscar los meteoritos por el noreste o norte, cerca de la constelación de Perseo.
Y si están en el sur, entonces miren hacia el norte del horizonte.
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