viernes, 15 de julio de 2016

¿A qué temperatura está el Infierno? Ciencia

(Continuación) Conocido desde la Antigüedad -ya los egipcios lo utilizaban para purificar los templos, y es además citado en el Génesis (19,24), donde los hebreos decían que Dios (Yahvé) hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego desde el cielo-, en la actualidad sabemos mucho más de este no metal.

Todos lo recordamos de la Tabla Periódica de Elementos Químicos que había en el laboratorio del instituto. Estaba allí en la tercera fila (periodo), décimo sexta columna (grupo), con el número atómico 16 y de símbolo S (del latín sulphur).

Lo que quizás no recordemos, entre otros motivos porque no hace ninguna falta que para eso están los libros de consulta, son los valores de temperatura a los que pasa de estado sólido a líquido y de líquido a gaseoso, la sustancia química azufre.

O mejor dicho sus puntos de fusión y ebullición que, aquí van, son éstos: PF = 388,36 K o 115 °C; PE = 717,87 K o 445 °C.

Como seguro se habrán percatado, a partir de semejantes datos, sólo podemos conocer la infernal temperatura de una manera sencilla y sólo algo aproximada. Sencilla porque, por lógica, debe estar comprendida entre esos dos valores térmicos.

Ha de ser superior a 115 ºC, pues si no el lago de azufre estaría en estado sólido, y nada de lo leído nos hace pensar así, en un lago digamos, por comparativa con el acuático, congelado.

Pero a la vez ha de ser inferior a 445 ºC, pues si no estaría en estado gaseoso y de nuevo, nada de lo leído nos hace pensar así, en un lago evaporado.

Ergo, el infierno ha de estar entre 115 ºC y 445 ºC. Elemental, pero contundente.

¿Cómo lo ven? ¿Demasiado caliente para alguno? ¿Quizás algo simplista en su desarrollo para otros?

Temperatura de cambio de estado
Se lo pregunto porque tengo una segunda respuesta, no tan simple y básica, que exige algo más que la química bachillera que hemos empleado.

Parte de la misma afirmación bíblica, no tenemos otra fuente, por lo que está claro que si nos atenemos a ella, el infierno es un lago de fuego y azufre y por ende éste se encuentra en estado líquido.

En estado líquido y a una temperatura que no puede exceder a aquella en la que la sustancia azufre pasa de estado líquido a gaseoso, los 445 ºC, y que sacamos de una tabla de propiedades químicas.

Pues bien.

Resulta que si vamos un paso más allá en nuestros conocimientos, descubrimos que las temperaturas de cambio de estados de agregación, entre ellas la de ebullición, dependen del valor de la presión a la que tienen lugar los procesos físico-químicos.

Una dependencia de la que sabemos que es directamente proporcional. O lo que lo mismo, conforme mayor sea la presión, más alto es el valor de la temperatura de ebullición.

Y el de 445 ºC es el correspondiente a la presión atmosférica normal, es decir, cuando su valor es de una atmósfera, P = 1 atm.

Pero, ¿cuál es la presión que existe en el infierno? ¿Cómo podemos averiguarla? ¿Vienen de nuevo en nuestro auxilio los escritos de las Sagradas Escrituras?

Son nuevas preguntas en busca de respuestas. Es lo que tiene la ciencia, a diferencia de la creencia.


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