miércoles, 15 de junio de 2016

¿Se puede oír en el espacio? (y 2)

(Continuación) Como en el espacio no hay aire pues está vacío, resulta que en él no podemos oír nada. Así que hasta ahí bien pero claro, ¿está realmente vacío el espacio?

¿Está vacío el espacio?
Tenemos aceptado que más allá de esa capa de aire que llamamos atmósfera y que envuelve a la Tierra hasta una altura de unos diez mil kilómetros (10 000 km) hay un enorme vacío.

Se trata de una aceptación que es bastante correcta para muchos supuestos, pero no lo es del todo para todos.

Sensu stricto el vacío es la ausencia total de materia. Y en el espacio es evidente y está probado que hay satélites, planetas, estrellas, meteoritos, polvo cósmico, etcétera. Quiero decir con esto que el vacío no es total y que por tanto, pueden existir sonidos en el espacio.

Lo que planteado así es cierto.

Pero no lo es menos que la existencia de materia es un requisito necesario para la propagación del sonido, más no suficiente.

Resulta que los componentes de ese medio material, además, han de tener la posibilidad de entrar en contacto unos con otros para transmitirse la vibración.

Y en el caso que nos trae, en el espacio, están demasiado distanciados para poder hacerlo.

Se le conoce como espacio interestelar, y es el causante de que, aunque los cuerpos celestes vibren, al no poderse tocar entre ellos por la distancia que les separa, no pueden interactuar entre sí y transmitir la vibración es decir el sonido.

Por eso no es posible oír nada en el espacio, pues ninguna energía mecánica llega a nuestro sistema auditivo u oído.

Oído entendido como ese conjunto de órganos que, entre otras funciones, tiene la de transformar las variaciones de presión (∆p), originadas por la propagación de las ondas sonoras en el aire, en impulsos eléctricos o sea en variaciones de potencial eléctrico (∆V).

Una información, por así decirlo, que los nervios acústicos transmiten a nuestro cerebro para la asignación de significados.

Todo esto lo sé, naturalmente, por mi formación científica pero les he de confesar que también porque, en la publicidad de la película Alien, el octavo pasajero (1979) aparecía la frase: En el espacio nadie puede oír tus gritos.

¡Qué miedito!



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