domingo, 5 de junio de 2016

‘La familia del artista’, 1665

Con toda razón, un atento seguidor me inquiría el mismo día de su edición, sobre el motivo del cuadro al comienzo de la entrada ¿Por qué digo escuchantes y no oyentes? (2).

Perdón, por el desliz. Resulta que buscando algunas ilustraciones para la saga oyente-escuchante, se me vino a la vista el cuadro y me pareció de lo más conveniente. Un parecer que a continuación les razono.

Se trata de una pintura al óleo del artista barroco neerlandés Jan Steen (1626-1679) -celebramos pues el trescientos noventa (390) aniversario de su nacimiento- y en el que se concurren, si se fijan, todos los sentidos humanos.

Un pintor peculiar el tal Steen, que hace de la vida cotidiana uno de sus temas principales y a la que retrata en escenas animadas, divertidas y lúdicas.

Ambientes bulliciosas que bordean el caos, pasando de los mensajes moralizantes a las incitaciones delictivas, como la del personaje que está haciendo fumar a un muchacho, quizás el propio Steen.

Es lo que además, está leyendo la abuela: “Como nosotros cantamos tu piarás / Esa es una ley que todo el mundo conoce / Yo guio, todos siguen mi ejemplo, / Desde los bebés hasta los centenarios.”

El pintor de la edad de oro holandesa, empleó a miembros de su propia familia como modelos, incluido él mismo, y en muchas de sus pinturas hace referencias a viejos proverbios y relatos holandeses.

Citas del tipo: “Como el viejo canta, el joven toca la flauta” o “Lo que escuches es lo que cantarás”.

Bueno pues esto me decidió. No sé si estuve acertado.


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