martes, 17 de mayo de 2016

¿Desmontando el fonendoscopio?

Va ya para cuatro años que les conté en este negro sobre blanco, buena parte de la historia e intrahistoria de este invento.

El pasado 17 de febrero, hace apenas tres meses, el metabuscador Google le dedicaba uno de sus doodles por motivos natalicios de su inventor, y que también fue convenientemente enrocado.

Y hoy mismo, unas horas después de ser editadas estas líneas hablaré, Dios mediante, de inventor e invento en la sección radiofónica Ciencia y Sevillanía de la emisora Onda Sevilla Radio en el 106,2 FM del dial.

No en vano por estos días de 2016, se cumplen el segundo centenario de la invención del artilugio (1816) y el doscientos treinta y cinco (235) aniversario del nacimiento de su inventor, el médico francés René Laennec (1781-1827).

Pues bien en el ínterin, me he merendado este fin de semana con una información que afecta sobre todo al invento. O mejor dicho a su aplicación futura. O dicho bien, al futuro de su aplicación. Me refiero al estetoscopio o fonendoscopio o fonendo.

Un instrumento que ha cambiado poco desde sus orígenes, salvando la modificación de un solo auricular (estetoscopio monoaural) a dos en 1860, versión que aún hoy se emplea.

Una herramienta médica considerada hasta ahora y por casi todos, como imprescindible pero que, hete aquí, está empezando a ser cuestionada.

Ya hay quienes lo ven superado por otros más modernos como instrumento, y a su técnica de diagnóstico sustituida, por otras más fiables.

Así que el debate sobre la utilidad del viejo estetoscopio, está abierto en el mundo médico. Y hay de todas las opiniones y gustos. Como en botica.

A favor de lo nuevo
Es lo que se desprende de un artículo recientemente publicado en la revista médica The Lancet, y que por cierto no es el primero que se edita en ese sentido.

En opinión del cardiólogo estadounidense Eric Topol (1954), que es quien está detrás de su autoría, el fonendo pronto será sustituido por un aparato de ultrasonidos portátil. Tan portátil que cabe en el bolsillo de la bata.

Y a la comodidad del tamaño se une que está dotado de una tecnología, la de ultrasonidos, que permite observar directamente las intimidades cardiacas y obtener diagnósticos más precisos.

Además es seguro que con el tiempo los aparatos se irán haciendo cada vez más pequeños, con más prestaciones y a menor precio.

Sin ir más lejos, ya existen máquinas de ultrasonido portátiles un poco más grande que una baraja de cartas, con tecnología y pantallas parecidas a los teléfonos inteligentes modernos.

Con ellos los médicos podrán diagnosticar una enfermedad de forma más rápida, piense sus ventajas, por ejemplo, en las emergencias; minimizar algunas complicaciones médicas; o ser guiados cuando hagan procedimientos invasivos.

Nada que ver por tanto con el buen oído, el oficio aprendido y el clásico estetoscopio, con el que hasta ahora se ha calibrado el latido del corazón en las consultas médicas. Eso es agua pasada.

Además, como apuntan otros profesionales, auscultar el corazón al modo clásico, ya no es tan esencial dada la alta fiabilidad que ofrece la ecocardiografía.

Todo da a entender que, para este grupo de profesionales de la salud, el estetoscopio tiene los días contados.

3 comentarios:

  1. Hola Carlos,

    Muy buen artículo, acabo de descubrir tu blog y me ha parecido muy bueno.

    La verdad es que estos aparatos son geniales, y a medida que avanza la ciencia los aparatos que se vienen utilizando desde años atrás se van quedando obsoletos.

    Aun así, creo que los fonendoscopios van a estar muchos años más entre nosotros.

    Un saludo.

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  2. Hola Sergio. Gracias por tus amables palabras.
    Un saludo.

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  3. Muy interesante lo que escribes Carlos. Es bonito que los estudiantes de medicina se formen conociendo la historia y el por qué de los aparatos que ya son normales usarlos en nuestras consultas diarias. Con respecto a lo que nos espera en el futuro, no cabe duda que incluso los fonendoscopios sean sustituidos por aparatos electrónicos que todo el trabajo por nosotros.

    Mucho éxito!

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