Por situarle recordemos que de forma genérica, a todos los equipos de grabación/reproducción magnética se les da el nombre de magnetófono, unos dispositivos de los que existen hasta donde alcanzo a saber tres tipos:
a) Magnetófono de bobina abierta, también conocido como magnetofón.
b) Magnetófono de casete, cassette o pletina.
c) Magnetófono de cartuchos o cartuchera.
Teoría del magnetófono
Una historia, la del registro magnético, que se remonta a fínales del siglo XIX, gracias a los estudios teóricos del ingeniero estadounidense Oberlin Smith (1840-1926), de quien se tiene poca información científica y personal.Poca pero suficiente como para ser considerado el “padre de la grabación magnética analógica de sonido”.
Una paternidad en realidad compartida, pues la suya tiene que ver sólo con la teoría del asunto. Es él quien descubre las propiedades de las partículas ferromagnéticas, al interaccionar en presencia del campo magnético creado por un electroimán.
Su investigación sobre los principios básicos para grabar señales en un soporte magnético, la publica en la edición del 8 de septiembre de 1888 de la revista Electrical World.
Visto con la perspectiva que nos da la distancia en el tiempo, el prolífico Thomas A. Edison (1847-1931) ya había patentado en 1878 el fonógrafo. Es decir que el sistema de grabación magnético se estaba gestando.
Como así fue.
La otra mitad de la paternidad, la relacionada con la práctica, vendría poco después.
Práctica del magnetófono
El primer dispositivo de grabación magnética llevó el nombre telegráfono y fue realizado y patentado en 1898 por el inventor danés Valdemar Poulsen (1869-1942).Se trataba de la primera máquina capaz de grabar sonido de forma magnética, y lo hizo sobre un soporte que no se puede ni imaginar.
Poulsen grabó magnéticamente su voz a lo largo de un alambre de piano.
Como trabajaba de técnico en una compañía del ramo, se le ocurrió que sería bueno dejar un mensaje grabado en la central telefónica, para cuando no se encontraban los usuarios en casa. Pues pensado y grabado, eso sí, en una cuerda de piano.
Estamos ante lo que se puede considerar un proto modelo de magnetófono, el de alambre o grabador de alambre.
El primer aparato de grabación magnética de sonido comercializado para uso civil que, la verdad sea dicha, duró poco. Muy poco pues pronto fue sustituido por el de bobina abierta.
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