Externamente la taza muestra una pila con nivel de carga. Nada destacable para una taza, salvo que la llene con un líquido caliente, por ejemplo, café.
Entonces verá como la pila se carga con la energía del líquido, hasta que se alcanza el equilibrio térmico.
Visto así va a ser cierto aquello de “tomar un café para recargar las pilas”. Una frusleria más de las que me gusta traerles.
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