(Continuación) Y así, mientras el Gobierno australiano manifiesta que la homeopatía no tiene base científica y que no ha demostrado su eficacia sobre diferentes problemas de salud.
En el Reino Unido se baraja la posibilidad de prohibir a los médicos del Sistema Nacional de Salud que prescriban estos fármacos.
Por no cansarles, en Suiza han dado a los fabricantes hasta 2017 de plazo para que prueben su eficacia más allá del efecto placebo. Ya veremos si superan la prueba, pero tengo para mí que...
Y ese “que”, los homeópatas lo saben.
Por eso no es de extrañar que no aborden enfermedades graves y con sus tratamientos se limiten a las patologías menores. Esas que les decía se pasan solas o aquellas otras que, con una amplia base psicosomática, mejoran con la empatía.
Venga ésta del médico, de la terapia que use o del producto cuya ingesta que aconseje.
Porque esa es otra, los homeopáticos no son medicamentos en el sentido que científicamente se acepta. Es decir unos fármacos que cumplen unos criterios de prospección, ensayos clínicos, publicidad, metodologías, etcétera.
No. Nada de eso.
Los productos homeopáticos no son evaluados científicamente. Ni tienen que demostrar su beneficio salutífero en ningún momento, ni tampoco su eficacia a lo largo del tiempo.
Una falta de rigor asombrosa y del todo incomprensible, ya que si la ciencia médica es lo que es, y avanza como avanza, se lo debe sobre todo a los ensayos que comprueban si una terapia es mejor que otra o si tiene eficacia o no.
Pero esa es otra historia que merece ser contada en otro momento. Lo mismo que la del efecto dominó que la supresión del master de homeopatía en la UB, puede producir en otros másteres como el de medicina naturista y acupuntura.
O la del por qué están tan extendidas estas falsas terapias médicas en cursos de posgrado ¿Quizás porque desde dentro de las instituciones universitarias no parezca mal su impartición? Si es así, ¿cuáles son sus razones?
¿Acaso la tan cacareada crisis tiene a muchos médicos en el paro y los colegios profesionales están preocupados? ¿O son las propias universidades públicas, que debido a los recortes, anden necesitadas de una financiación que bien puede venir de estos cursos?
Chi lo sa. Pero parece que soplan malos tiempos para la lírica de las falsas medicinas. Ojalá.
Mientras, y a modo ameno e ilustrativo de enseñarles algo más sobre la homeopatía, les editaré un par de vídeos que les mostrarán la verdad de la mentira de la misma.
En clave de humor son vídeos de “suicidios homeopáticos”.
Debería escribir más sobre las seudociencias. Enhorabuena
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