jueves, 19 de noviembre de 2015

Gadgets ridículos de Bond (1)

Y entre ellos algunos realmente ridículos y tan estrafalarios, que bien podrían haber formado parte de la equipación del divertido Inspector Gadget. Claro que si somos sinceros, hay que decir que otros resultaron ser unas ideas que desembocaron en desarrollos reales.

Es lo que tiene la imaginación y vaya lo uno por lo otro.

Pues bien. Algo más de media docena larga de estos dispositivos les tengo preparada. Un listado gadgetero que les completo con algunos detalles más.

Poca cosa. Minucias acerca del actor que lo interpreta, del malo malote del film, de su malevo plan, de alguna que otra pelea loca, de la duración de los amoríos del agente 007, en fin cosas así. Ya sabe, peccata minuta.

Una terna de gadgets ridículos
En orden cronológico el primero es el bombín degollador, el arma estrella del villano Odd Job. Les hablo, claro, de la película James Bond contra Goldfinger (1964) protagonizada por quien ha sido, es y será el Bond por excelencia, Sean Connery.

De una de las chicas de esta película, Jill Masterson, sólo les diré que tiene un curioso record. Es la que menos tiempo vive. Sólo cinco minutos (5 min), en concreto, del minuto 11 al 16. Busquen en el blog, que cuento su historia.

Y de un bombín asesino a un cepillo teléfono. El absurdo llevado al extremo y enmarcado en un plan más absurdo aún. Recuerden. El malvado de turno pretendía inundar el mercado estadounidense de heroína gratis para acabar con las mafias.

Lo pudimos ver en Vive y deja morir (1973), protagonizada por el cansino Roger Moore.

Un actor a quien, y para sin solución de continuidad al año siguiente, pudimos disfrutar de nuevo. Bueno a él y al pezón falso que utiliza el agente secreto para hacerse pasar por el villano, Scaramanga, de quien se decía que tenía un tercer pezón.

Una particularidad física de la que algo hemos escrito en este negro sobre blanco.

Lo del pezón -que aparece en El hombre de la pistola de oro (1974), del mismo viejo Rog que fue de más a menos en sus actuaciones- es una prueba de que hasta un duro como Bond recurre a las prótesis.

Y por cierto, el malo de la película Nick Nack, es de los más chungos. Aunque el AMC Matador es una maravilla de lo más inesperada cuando, sin más, se convierte en avioneta y vuela.

Un cuarteto de gadgets ridículos
El siguiente de los artilugios que les ofrezco, tardó casi una década.

Me refiero al submarino cocodrilo, con opción a ir en su interior con esmoquin. Lo más de lo más. Lo pudimos ver Octopussy (1983) de nuevo con Roger Moore, un poquito pasado de edad en sus últimas intervenciones.

Lo que le impidió “protagonizar” en esta ocasión, de una de las peleas bondianas más locas. Aquella en la que lucha contra Kamal Khan en un avión en vuelo y dando vueltas por el aire.

Claro que hacer que se estrelle un avión enganchado en una de las alas tampoco está mal. Es muy pro, aunque quizás algo fantasma. Sí. No obstante me gusta. (Continuará)



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