Básicamente consiste en una ilustración de dicho reloj que sustituye a la segunda O de Google. Por decirlo de alguna forma, es la manera que el metabuscador tiene de darnos la hora en un día como hoy. Sólo que en esta ocasión no es ni animada ni interactiva.
Lo que no hubiera estado mal, dada la popularidad turística de la que goza este ingenio de la capital checa. Pero bueno, tampoco es cuestión de quejarse. No se debe pedir todo lo que deseemos, si bien no está mal decirlo.
De la efemérides y el artilugio
Y puestos a decir tengo para mí que, en lo que concierne a la precisión conmemorativa, no han andado fino en Google. Al menos en la del día y mes. Vale que tenga un pase la efeméride anual. Todo apunta a que la parte más antigua del reloj fue construida en 1410, así que seiscientos cinco (605) años lo contemplan. Bien. Pero no tengo ni la menor idea de por qué se ha escogido este día, como efemérides doodlera.
Otra cosa son la máquina relojera y sus interioridades, de las que solo se pueden decir bondades.
Con una precisión mayor que la conmemorativa, este prodigio del tiempo es en la actualidad, el mecanismo más antiguo de su estilo que sigue en funcionamiento en toda Europa. Y además lo hace a pleno rendimiento y satisfacción científica.
Es en sí un todo un símbolo. Un extraordinario logro de la ingeniería medieval y un referente cultural del pasado de Europa. Trato de decirles que el Reloj Astronómico de Praga, es algo más que una atracción para turistas y un reclamo de la capital checa.
Algo más porque su significado va mucho más allá. No sólo a los turistas que la observan in situ, en la fachada sur del Ayuntamiento y entre las columnas que erigen su torre edificada en 1363, les debe asombrar su visión.
Cualquier amante de la cultura artística y científica, o lo que es lo mismo humanística, debe hacerlo en cualquier lugar y momento. Y es que es mucho lo que en sí representa y no poco lo que han visto sus esferas.
La alargada sombra del reloj
Alargada en sentido temporal pues, no en vano, está ahí desde 1410. Es decir, que “supo” del nacimiento de la heroína, militar y santa francesa Juana de Arco (1412-1431), también conocida como la Doncella de Orleans. Y fue testigo de la caída del Imperio Bizantino, con la toma de Constantinopla a manos de los turcos otomanos en 1453. Una fecha, lo recordamos de los tiempos bachilleres, que marcó el fin de la Edad Media en Europa.
Y ni que decirles tengo que ya llevaba instalado casi dos siglos en la plaza, cuando el dramaturgo, poeta y actor inglés William Shakespeare (1564-1616) escribió buena parte de su obra. Shakespeare, uno de los escritores más célebres de la literatura universal, también conocido como El Bardo.
Y con ellos a la vista, torre y reloj, en 1588 el astrónomo, filósofo, matemático y poeta italiano Giordano Bruno (1548-1600) escribió artículos destinados y dedicados al embajador de España y a Rodolfo II, a fin de hacerse con un puesto a su servicio.
Él, que fue el mayor rebelde de la astronomía y lo pagó con su vida, al ser quemado en una hoguera pocos años después. Pues ahí lo tienen, cerquita del reloj
En fin. No se trata de agotar aquí el tema, por lo que no les canso.
Sin embargo no puedo omitir en este negro sobre blanco, que Praga es la ciudad donde nace el escritor judío Franz Kafka (1883-1924), que bien pudo coincidir con el físico Albert Einstein (1879-1955), en los meses de 1911 y 1912 que éste vivió en la ciudad como profesor titular de la Universidad.
Un Einstein que, por cierto, vivió muy cerca de la casa dónde se alojó, unos siglos antes, el quemado Bruno. Y también el físico empleó parte de su tiempo en escribir. Pero él de otras cosas más relativas.
Bien como verán, es más que adecuada la elección del doodle.
Quedo en contarles algo más sobre el reloj, su historia y leyendas, y sobre los personajes que lo observaron.
En fin. No se trata de agotar aquí el tema, por lo que no les canso.
Sin embargo no puedo omitir en este negro sobre blanco, que Praga es la ciudad donde nace el escritor judío Franz Kafka (1883-1924), que bien pudo coincidir con el físico Albert Einstein (1879-1955), en los meses de 1911 y 1912 que éste vivió en la ciudad como profesor titular de la Universidad.
Un Einstein que, por cierto, vivió muy cerca de la casa dónde se alojó, unos siglos antes, el quemado Bruno. Y también el físico empleó parte de su tiempo en escribir. Pero él de otras cosas más relativas.
Bien como verán, es más que adecuada la elección del doodle.
Quedo en contarles algo más sobre el reloj, su historia y leyendas, y sobre los personajes que lo observaron.
Me ha picado la curiosidad ¿Para cuándo más?
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