Y claro está, podremos ver a esas agrupaciones ficticias de estrellas que conocemos como constelaciones.
Alrededor de la estrella Polar se podrán ver, a lo largo de la noche, a Casiopea, Cefeo, el Cisne, el Dragón y las dos Osas. Y de Este a Sur y a Oeste, a Pegaso, el Águila, la Corona Boreal y la Cabellera de Berenice.
Y cerca del horizonte veremos, también a lo largo de la noche, algunas de las constelaciones zodiacales, de la Virgen a Acuario, esta última ya cerca del amanecer.
Destacar que, entre las estrellas más brillantes visibles en esta época, están las que conforman el "triángulo del verano", a saber: Altair (en Águila), Deneb (en Cisne) y Vega (en Lira). Una auténtica maravilla.
Acerca de la observación nocturna
Para una mejor observación en el cielo de algún fenómeno astronómico de interés, bien sea de los predichos (eclipses) o no (nuevos cometas), y para cualquier época del año, deberemos escoger, preferiblemente, fechas cercanas a la Luna Nueva o Novilunio, que este verano caerá en 16 de julio, 14 de agosto y 13 de septiembre. En esas noches más oscuras se puede intentar ver nebulosas de emisión, como la Laguna, Omega o la Trífida, y nebulosas planetarias como el Anillo en la constelación de Lira o las Pesas en la Raposa.
Con prismáticos también se pueden ver las lunas más brillantes de Júpiter, cuando el planeta sea visible, e incluso realizar un recorrido por la franja estrellada que constituye la Vía Láctea.
Todo esto en estas fechas, digo de novilunio, salvo que lo que pretendamos observar sea, por razones obvias, a la propia Luna.
Con grandes prismáticos o con un pequeño telescopio, dotados eso sí de un filtro lunar adecuado, podremos observar y con gran detalle su relieve en plenilunio.
Una magnífica forma de hacerlo puede ser observándola cada noche, mientras va aumentando su iluminación; así podrá apreciar cómo van apareciendo, en cada sesión, nuevos accidentes orográficos.
De la duración del día veraniego
Entendido duración del día como el tiempo que transcurre entre la salida y la puesta del Sol en un lugar dado, será el próximo domingo 21 de junio el día de mayor duración. Por poner un ejemplo nacional, en Madrid será de 15 horas y 3 minutos. Como el más corto, el 22 de diciembre, durará 9 horas y 17 minutos, la aritmética nos dice que hay casi seis horas de diferencia entre el día más corto y el más largo de este año 2015.
Una diferencia que naturalmente dependerá, y mucho, de la latitud del lugar. Y así es nula (0) en el ecuador y máxima (24 h) por encima del círculo polar ártico.
De ahí que, por encima del círculo polar boreal, se den algunos días al año y sobre el 21 de junio, el fenómeno conocido como “Sol de medianoche”. En esas fechas, el Sol es visible por encima del horizonte durante las veinticuatro (24) horas del día. (Continuará)
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