sábado, 6 de junio de 2015

Hecho y echo

¿Recuerdan la camiseta “cultureta” de la semana pasada? Esa entrada con la que, es probable iniciemos una subcategoría dentro la categoría camisetera, y que dijimos llamaríamos ortográfica. Pues va de ella.

Su logo, el de la camiseta, dice de su portador que es capaz de diferenciar entre echo de echar y hecho de hacer. Una afirmación que, dado los tiempos que corren, suena bien y se lee mejor. Por desgracia no son pocas las victimas “logseras”, que por el suelo patrio andan y pululan.

Como saben, echo y hecho, son un buen ejemplo de esas palabras que en español se pronuncian igual, pero cuya ortografía y significado son diferentes. Es decir que suenan lo mismo, aunque se escriben de forma distinta y, además, significan cosas diversas. Un pequeño lío dicho así.


Las llaman palabras homófonas, y tener bien clara las diferencias entre ellas resulta fundamental e imprescindible, a la hora de escribir un buen texto que se precie de serlo.

Pues bien. Con la intención de resultar clarificador en la explicación, pero sin el ánimo de ser exhaustivo en el tratamiento, ahí va lo que recuerdo de mis tiempos bachilleres, acerca de las diferencias entre los referidos hecho y echo.

Prontuario de “hecho”
Este término, escrito con "h", puede referirse a:

a) El participio del verbo “hacer”, que se utiliza para formar los tiempos verbales compuestos: Hoy he hecho la cama muy pronto. Un verbo, el de hacer, sinónimo de “producir”, “elaborar”, “ejecutar”.

b) Un adjetivo que nos indica maduración: El melocotón está muy hecho.

c) Un sustantivo masculino, sinónimo de “suceso”, “acontecimiento”, “cosa que sucede”: Se molestó por el hecho de que no vinieras.

d) Una locución, como por ejemplo la adverbial “de hecho”, sinónima de “efectivamente” o “en realidad”: Vino directamente de trabajar, de hecho del mismo laboratorio.

O aquella de “hecho y derecho”, que nos habla de la responsabilidad que una persona tiene de sus actos: Mi hijo es ya un hombre hecho y derecho.

Prontuario de “echo”
Pero si nos referimos al término sin la “h”, estaremos hablando de:

a) La primera persona del singular del verbo “echar”, equivalente a: “añadir”, ¿Echo agua a la disolución?; “expulsar”, Te echo de clase por no atender; “cerrar”, ¿Echo el pestillo?; deducir algo, Yo le echo menos años; etcétera.

b) También se usa en diferentes expresiones como: “echo de menos”, para denotar melancolía por la pérdida o lejanía de un ser querido; "echo una mano", para ayudar a alguien que lo necesita; "echo a suertes", cuando te la juegas.

O en estas otras: “echo la culpa”, si atribuyo algún acto a alguien o a algo; “echo raíces”, cuando te estableces en un lugar; "me echo atrás", indicando arrepentimiento de y por no llegar a hacer algo; etcétera.

“Echar un ojo” y “echar un vistazo”
Y ya que va de echar, ¿es lo mismo “echar un ojo” que “echar un vistazo”?

Aunque así a vuela pluma, pudieran parecer lo mismo, basta pensarlo un instante para captar la diferencia entre ambas expresiones. Y así.

Utilizamos “echar un ojo”, para referimos a la acción de cuidar o vigilar: Por favor echa un ojo a mis cosas que voy a dar un paseo.

Mientras que usamos “echar un vistazo”, cuando lo que hacemos es mirar algo por encima, de manera muy rápida, a vuela pluma les decía antes: Echa un vistazo al artículo y ya me dirás qué te parece.

Es sinónimo de “ojear”, que deriva de ojo y significa mirar rápida y superficialmente a algo o a alguien.

Por cierto “ojear” es otro término homófono junto a “hojear”, con quien no debe confundirse. Con hache deriva de hoja y significa pasar rápidamente las hojas de una publicación.

Otras homofonías
Aunque a usted ya se le habrán venido a la cabeza unas cuantas, ahí les dejo otras tantas: “acerbo” y “acervo”; “hato” y “ato”; “abría” y “habría”; “vaya” y “valla”; “a ver” y “haber”; “grabar” y “gravar”; “ablando” y “hablando”; “basta” y “vasta”; “calló” y “cayó”; etcétera



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