Si recuerdan me ofrecí a realizar una, como primera parte del resumen acerca de la investigación científica de los restos óseos cervantinos. Y como comienzo quieren las cosas, empezaré por el principio, ¿qué es una línea del tiempo?
En su forma más elemental, desde el punto de vista gráfico, es un dibujo que consta de varios componentes: un eje (línea o barra rectangular) en el que se marca diferente tipo de información; las unidades temporales (en años, meses, días, horas, etcétera); los sucedidos que queramos reseñar; etcétera.
Se trata en definitiva de una herramienta de trabajo, que nos permite registrar, ordenar y relacionar de forma cronológica, clara y sencilla, distintos acontecimientos para su estudio.
Tras su realización, las líneas de tiempo, terminan siendo otra manera de contar una historia. Que es lo que me propongo hacer.
Diciembre de 2011. El historiador Fernando de Prado pide autorización para la primera fase del Proyecto Cervantes, encaminado a la localización de los restos del escritor.
29 de marzo de 2014. Luz verde para poner en marcha el proyecto.
28 de abril de 2014. Se inicia la prospección con georradar en el interior de la iglesia del convento de las Trinitarias Descalzas, a fin de encontrar un rastro.
30 de abril de 2014. Se analizan los datos y se realiza un mapa 3D.
24 de mayo de 2014. Se localizan cerca de treinta (30) nichos.
28 de mayo de 2014. Además se encuentran otras siete (7) anomalías electromagnéticas, compatibles con otros enterramientos.
7 de octubre de 2014. Se obtiene autorización para la segunda fase de la búsqueda.
17 de enero de 2015. Se inician los preparativos para la segunda fase, bajo el liderazgo del antropólogo Francisco Etxeberría.
20 de enero de 2015. Comienza el estudio forense a cargo de treinta y siete (37) especialistas y se anuncia el hallazgo de nuevos enterramientos, analizados a través de una cámara endoscópica.
25 de enero de 2015. Descubren en el nicho número 1, restos de un ataúd de madera con las iniciales M.C., encontrándose en su interior restos de varias personas.
11 de marzo de 2015. Con cierta cautela el equipo de arqueólogos afirma haber encontrado el grupo de huesos entre los que se hallan los del escritor.
17 de marzo de 2015. Emisión de un informe en el que se concluye que es factible que, entre los fragmentos hallados haya alguno de Cervantes.
Y hasta aquí mi particular línea del tiempo de los restos cervantinos. Tras su recorrido, ¿comprenden lo de “mucho ruido y pocas nueces”?
Además nos queda lo de la prueba genética, la definitiva del ADN en sus dos modalidades que interesan para la identificación de unos restos: el ADN nuclear y el ADN mitocondrial.
Pero tendrá que ser en otra ocasión, lo de la falta de ADN cervantino.
¿Qué es una línea del tiempo?
La expresión seguro que le resulta familiar. La ha oído decir y la habrá vista dibujada en una pizarra, en muchas películas y series de televisión de temática policial ¿A que sí?En su forma más elemental, desde el punto de vista gráfico, es un dibujo que consta de varios componentes: un eje (línea o barra rectangular) en el que se marca diferente tipo de información; las unidades temporales (en años, meses, días, horas, etcétera); los sucedidos que queramos reseñar; etcétera.
Se trata en definitiva de una herramienta de trabajo, que nos permite registrar, ordenar y relacionar de forma cronológica, clara y sencilla, distintos acontecimientos para su estudio.
Tras su realización, las líneas de tiempo, terminan siendo otra manera de contar una historia. Que es lo que me propongo hacer.
Una línea del tiempo de los restos cervantinos
Se trata de una historia que arranca hace ya algo más de tres (3) años.Diciembre de 2011. El historiador Fernando de Prado pide autorización para la primera fase del Proyecto Cervantes, encaminado a la localización de los restos del escritor.
29 de marzo de 2014. Luz verde para poner en marcha el proyecto.
28 de abril de 2014. Se inicia la prospección con georradar en el interior de la iglesia del convento de las Trinitarias Descalzas, a fin de encontrar un rastro.
30 de abril de 2014. Se analizan los datos y se realiza un mapa 3D.
24 de mayo de 2014. Se localizan cerca de treinta (30) nichos.
28 de mayo de 2014. Además se encuentran otras siete (7) anomalías electromagnéticas, compatibles con otros enterramientos.
7 de octubre de 2014. Se obtiene autorización para la segunda fase de la búsqueda.
17 de enero de 2015. Se inician los preparativos para la segunda fase, bajo el liderazgo del antropólogo Francisco Etxeberría.
20 de enero de 2015. Comienza el estudio forense a cargo de treinta y siete (37) especialistas y se anuncia el hallazgo de nuevos enterramientos, analizados a través de una cámara endoscópica.
25 de enero de 2015. Descubren en el nicho número 1, restos de un ataúd de madera con las iniciales M.C., encontrándose en su interior restos de varias personas.
11 de marzo de 2015. Con cierta cautela el equipo de arqueólogos afirma haber encontrado el grupo de huesos entre los que se hallan los del escritor.
17 de marzo de 2015. Emisión de un informe en el que se concluye que es factible que, entre los fragmentos hallados haya alguno de Cervantes.
Y hasta aquí mi particular línea del tiempo de los restos cervantinos. Tras su recorrido, ¿comprenden lo de “mucho ruido y pocas nueces”?
Además nos queda lo de la prueba genética, la definitiva del ADN en sus dos modalidades que interesan para la identificación de unos restos: el ADN nuclear y el ADN mitocondrial.
Pero tendrá que ser en otra ocasión, lo de la falta de ADN cervantino.
Vería interesante que aclarara lo del ADN mitocondrial y nuclear
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