domingo, 1 de marzo de 2015

¿Por qué continua el falso mito del 10%? (y 3)


(Continuación) En esta falacia sin ningún tipo de base científica, se han basado doctrinas espiritistas como la Cienciología, para así dar cabida a supuestos poderes psíquicos latentes o, lo que es peor aún, a una potencial inteligencia desmedida.

Una afirmación que, no solo no figura en los libros de psicología o de fisiología del cerebro, sino que ha sido insistentemente desmentida por la neurociencia, durante las últimas décadas. Entonces...

¿Es la Cienciología una religión?
Bueno, desde el punto de vista político, ni sí, ni no, sino todo lo contrario. El caso es que depende de la legislación de cada país.

Y aunque en algunos tiene reconocimiento legal como religión, son los casos de Estados Unidos, España, Italia o Suecia.

En otros está catalogada, claramente, como una secta, así ha sucedido en Francia. Y en otros muchos se la ve como una potente empresa comercial, como una multinacional generadora de fuertes ganancias económicas, nada claras.

En cualquier caso, se trate de una iglesia, una secta o una multinacional, la así misma llamada Iglesia de la Cienciología está basada en un sistema de creencias y enseñanzas conocida como Cienciología.

Un supuesto cuerpo de conocimiento, del todo falso e incierto, que tiene en la Dianética, uno de sus pilares. Una creencia, la tal Dianética, que en su origen fue propuesta, sólo, como una filosofía laica por su autor, el escritor de ciencia ficción estadounidense L. Ron Hubbard (1911-1986).

Pero que pasado tan solo un año, en diciembre de 1953, y dado los lucrativos beneficios que reportaba, la convirtió en religión. Así que de filosofía a religión y de ahí o mejor, a la vez, a ciencia.

Así no tenemos conflictos cognitivos, debieron pensar, y de una sola tacada hacemos la carambola ética-científica-religiosa. Se debieron pensar. Ni que decirles que la tal Dianética está considerada, por toda la comunidad científica, como una falsa ciencia.

Bien, pero por lo dicho hasta aquí, es más que probable que muchos de ustedes no alcancen a comprender la relación entre Dianética, Cienciología y mito del 10%. Y no andan faltos de razón.

Dianética, Cienciología y el mito del 10%
Todo viene de los panfletos que esta organización utiliza para promocionar el libro Dianética, y en los que no se cortan ni un pelo.

No lo hacen porque, en primer lugar, no dudan en dar por cierto que, Albert Einstein, afirmó aquello de que sólo utilizamos el 10% de nuestro potencial mental. Algo del todo incierto, pero que ellos exponen al principio mismo del anuncio y bien a la vista.

Y en segundo lugar porque publicitan sin prueba alguna, que Hubbard ha ido un paso más allá de la afirmación einsteniana.

Según el panfleto, el escritor llega a demostrar que cualquiera de nosotros se puede librar, por sí mismo, de las barreras que nos impiden utilizar todo nuestro potencial mental.

Algo que podrá hacer si, naturalmente, ¡ojo al dato!, primero se compra el libro, claro, y después se lo lee. Qué me dicen.

Bueno pues antes de que me contesten, desde ya les digo que se ahorren ambos esfuerzos. El económico de comprarlo y el intelectual de leerlo. Los dos serán en vano.

Precaución y caución
Aunque se lo lean de cabo a rabo, y de arriba abajo, no se enteraran absolutamente de nada. Y aunque así fuera y, en su ingenuidad, creyeran que se han enterado de algo, de nada les servirá tampoco.

Todo lo que dice es falso, falso de toda falsedad. Precaución.

Bueno también podría ocurrir que, al finalizar la lectura, comprendieran que han sido fruto de un timo y que han perdido su tiempo y su dinero. Un mal final, pero una alternativa no tan mala, si piensa en la otra y lo que implica caer en la maraña de su charlatanería sacadinero.

Por cierto que es probable que les suene el nombre de alguna de estas organizaciones, dedicadas a pretendidos servicios sociales, que aplican los principios de la Cienciología.

Una es Narconon, para la rehabilitación de drogadictos. Otra es Criminon, para la rehabilitación de presos y su posterior reinserción social. Antes les dije precaución, ahora les digo caución.

Y con las mismas me marcho de nuevo a las razones de la sinrazón porcentual.



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