Origen del mito del 10 % cerebral (y 2)

(Continuación) De entrada me planteo esta elemental y primaria pregunta, y lo hago atendiendo al mismo fondo del asunto. Resulta que está por ver, y sobre todo por demostrar, que en realidad llegara a pronunciar ese “Sólo utilizamos...”.

Hasta la fecha no se ha encontrado ningún registro en los archivos de Albert Einstein, que guarde la menor relación con una declaración, realizada por su parte, de ese estilo. De modo que, por la total ausencia de datos, para mí que se trata de una falsa leyenda urbana.

Lo más probable es que, por intereses nada claros, determinadas personas relacionaran el prestigio intelectual del científico con la falacia del 10% cerebral.

Ergo, huelga decir nada más sobre su inexistente existencia, al menos desde su fondo. Porque se puede volver a la misma cuestión, atendiendo ahora a la forma.

Supuesta cita de un famoso. Forma

La leyenda cuenta que en cierta ocasión, sin determinar fecha y lugar, cuando una persona, sin especificar su identidad, le comentó al físico, que cómo podía ser posible que su mente hubiera sido capaz de comprender, unos conceptos físicos tan complejos como los por él desarrollados.

Dicen que la persona preguntona era periodista de un diario, y quiero suponer que, con lo de conceptos complejos, se refería a alguna de sus teorías de la relatividad.

Digo teoría en plural porque Einstein formuló dos: la teoría especial o restringida (TRE) y la teoría general (TRG), una teoría de naturaleza gravitatoria en realidad.

Bien. Pero es que también se podía referir a su explicación cuántica del efecto fotoeléctrico (efe) y por el que, precisamente, le otorgaron el Premio Nobel en Física de 1922.

Claro que, puesto a poder, podía guardar relación, por qué no, con otros de sus extraordinarios artículos publicados en la revista Annalen der Physik de 1905, su particular annus mirabilis.

Así que ya ven cómo está el asunto porcentual. No aparecen ni fecha, ni lugar, ni interlocutor, ni motivo, ni razón. Por lo que me itero. Se trata de una falsa leyenda urbana.

Y de nuevo, nada que reseñar sobre su inexistente existencia, ahora desde la forma.

Porque además, en una de las versiones se cuenta que, cuando le plantearon la pregunta, el científico habría respondido en plan de broma: “Y eso que solo uso el 10% de mi cerebro”.

O sea que también cuenta el tono con el que se dice, la ironía con la que la equipamos nuestras palabras. Y es que en esta vida, la intención también cuenta.

¿Quién osa decir...?

Les escribía más arriba. Seguro que han reconocido el verso del polifacético poeta cubano de origen español José Martí (1853-1895). Pertenece a la Poesía XXXIV, de su obra Versos sencillos (1891):

¡Penas! ¿Quién osa decir 

que tengo yo penas?

En nuestro caso, y a diferencia de la disyuntiva del poeta cubano, está claro que hay que ser muy osado para enfrentarse con el físico germano-estadounidense. Muy osado, siempre que se haga en los terrenos que le son propios.

Me refiero a los de la Física Moderna y más en concreto a ciertos conceptos implicados como: masa, interacción o fuerza, energía, gravitación, cuántica, relatividad, etcétera.

Ahí, poner en entredicho la certeza de sus palabras es una auténtica osadía.

Pero que alguien pueda discutirle sobre la fisiología del cerebro, como es el caso que nos trae, no tiene porqué ser extraño. Al fin y al cabo, no parece que el físico tuviera unos conocimientos especialmente notables en esa disciplina, de la que sí hay expertos y muy cualificados.

De modo que, visto así, sus supuestas manifestaciones serían poco más que la opinión de un particular, algo muy alejado del informe de un experto. Y no es lo mismo una opinión que un informe.

La experiencia me ha enseñado que, en general y sobre asuntos que les son ajenos, los genios pueden llegar a pronunciar las mismas tonterías que decimos las personas más ignorantes.

Ítem más. Por la total ausencia de datos investigados, para mí que estamos ante una falsa leyenda urbana, de inveraz veracidad.

Si bien nos faltaría por saber, lo que dice la ciencia al respecto del uso, sólo, del 10 % de la capacidad cerebral.