Calendario maestro. Éste es el nombre de la fruslería (relojera) de hoy.
Que no se asoma a esta tribuna bloguera, por las funciones esperables en un sofisticado medidor del tiempo como es; entiéndase: segundos, minutos, horas, días, semanas, meses, años, fases de la Luna, etcétera.
Lo que se dice un calendario perpetuo.
No. La razón se encuentra en el material del que está hecho la base de su esfera. Nada menos de que un meteorito.
Por lo que dicen, el que tiene en imagen es de un bloque procedente del cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, que fue registrado oficialmente en Suecia.
Naturalmente, antes de ser montada la placa esférica en el reloj con su estético aspecto final, el meteorito ha de pasar por numerosos y delicados procesos. No olvidemos que su alto contenido en el metal hierro, Fe (s), hace que este material sea muy difícil de trabajar.
Pero creo que compensa.
No sólo porque el resultado está a la vista, sino porque hemos manipulado un trabajo fragmento cósmico. Establece otra relación con el espacio exterior.
Es, de alguna forma, como rendir un tributo a su conocimiento, a la disciplina de la Astronomía.
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