Han sido detectadas gracias a COSAC, un sensor capaz de olfatear la sutil atmósfera de esta roca helada y determinar qué clase de moléculas la forman. Una auténtica maravilla.
Pues dicho el empeño, pongamos cara al hombre español encargado de analizar las muestras tomadas del cometa.
Se trata de Guillermo Muñoz Caro, científico titular del Centro de Astrobiología del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), algo así como nuestra NASA y que se encuentra en la madrileña localidad de Torrejón de Ardoz.
En busca de aminoácidos L
Su participación en la Misión Rosetta, enmarcada dentro del experimento COSAC, consiste en analizar la composición química del núcleo del cometa, cuyo suelo ha sido taladrado en busca de muestras. Lo hace como especialista que es, en el estudio de los hielos que se encuentran cubriendo los granos de polvo interestelar. Y su finalidad es evidente. Detectar la presencia de aminoácidos y otras moléculas, que puedan dar claves sobre la formación de vida a partir de materia inanimada.
Como él mismo refiere de forma gráfica: “Si los primeros seres vivos fueran una casa, buscamos los ladrillos de la vida”.
Una analogía de lo más precisa y figurativa, que ya veremos si la logramos. Siempre ha sobrevolado la duda de los límites de la razón humana, sobre esa posibilidad de arrancarles misterios a la vida.
Duda bien infundada porque lo cierto es que, por más que lo hacemos, nunca los terminamos de descifrar del todo.
Evocando míticas palabras
En cualquier caso es posible que tenga razón el físico italiano Roberto Battiston (1956) y su frase a propósito del primer acometizaje de la Historia: “Un pequeño paso para un robot, y un gran salto para la Humanidad” ¿Les suena, verdad? Qué lejos quedan aquellos tiempos en los que los cometas jugaban un papel grave, cuando no trágico, en las crónicas de la imaginación humana. De ellos teníamos más creencia que ciencia.
Miren si no, el anunciador cometa de Mateo que guía a los Reyes Magos hasta el lugar del nacimiento de Jesús. O aquél otro con el que los astrólogos aztecas presagiaron la muerte de Moctezuma y el fin de su imperio. Por no hablar del que anunció a los romanos la muerte de César.
Ya ven, más creencia que ciencia. Sin embargo, lo que son las cosas, son esos mismos cometas los que han colaborado a nuestro actual estado de desarrollo científico y técnico. Ellos no han cambiado, pero nosotros sí ¡Qué listo es el hombre!
Bueno, y con esto acabo, tal como les adelanté, la ciencia y tecnología española han tenido y tienen una intervención decisiva en este éxito espacial europeo. Una prueba más de que se encuentran, por méritos propios, en la frontera del conocimiento humano en estos campos.
Addenda
Ahora que caigo, les tengo que comentar unas puntualizaciones que de su parte me han llegado, a través del correo electrónico, a lo largo de estos días. Una es de naturaleza gramatical. Guarda relación sobre la corrección del uso de la palabra “acometizar” y con él, claro, el de “alunizar” o “amartizar” ¿Cómo lo ve?
Otra es económica. La Misión Rosetta ha supuesto una inversión de mil trescientos millones de euros (1 300 000 €) ¿Qué piensa al respecto? ¿Vale Rosetta lo que ha costado?
Y estotra tiene que ver con un error parecido al del Philae, que tuvo el Apolo XI. Ya les cuento.
¿Piensa hablar en algún programa de radio de Rosetta?
ResponderEliminar