viernes, 10 de octubre de 2014

¿Es Hello Kitty una gata?


Por Internet sé que Hello Kitty, es un personaje de ficción perteneciente a la compañía japonesa Sanrio, que lo diseñó allá por 1974, de ahí lo del aniversario.

En principio es lo que parece. Una gata blanca de aspecto antropomórfico, eso sí muy geométrico, y con un distintivo lazo u otro adorno en su oreja izquierda. Con derechos de autor desde 1976, se trata de una marca conocida a nivel internacional, que genera centenares de millones de euros anuales.

Pero todo esto, seguro que usted ya lo sabe.

Lo que es probable que ignore es la interrogante del subtítulo, lo de la especie animal a la que pertenece. Algo realmente sorprendente.

La cuestión apareció a finales de este cálido agosto y nos llegó de la mano de una antropóloga, la estadounidense Christine R. Yano, quien explicó al diario Los Angeles Times eso que les acabo de decir.

Que Hello Kitty no es una gata sino, simplemente, un personaje de dibujos y que este hecho se lo había comunicado la misma compañía creadora del personaje, Sanrio.

Para ser exacto, más que comunicárselo, la habían corregido en una exposición sobre el ya mencionado aniversario y en la que ella la describía, claro, como a una gata.

“Me corrigieron - y muy firmemente”, comentó. “Es una de las correcciones que Sanrio hizo de mis textos. Hello Kitty no es una gata. Es un personaje de dibujos. Es una niña. Es una amiga. Pero no es una gata.

Nunca ha sido dibujada a cuatro patas. Camina y se sienta como una persona. Tiene una mascota que sí es un gato, y se llama Charmmy Kitty”.

Bueno pues dicho lo dicho, desecho el error y sabiendo quien es un gato en esta historia, para mis enrocados intereses blogueros, ¡marchando otra de suspicacia docente!

De vuelta al examen
¿Podría ser que el profesor del examen estuviese al tanto del asunto del espécimen del personaje? ¿Mira que si es así, y la pregunta es otro guiño científico, sólo que ahora zoológico?

¿Estaremos en presencia de un docente más conductor que transmisor de contenidos, y con una idea, relativamente clara, de las diferencias entre estos, a saber, conceptuales, procedimentales y actitudinales?

Es más, atisbador de su repercusión social, ¿se habría planteado una especie de conmoción cognitiva gatunera, en el resto de la comunidad educativa?

A ver si va a ser eso ¡Ojo! que estas cosas -es raro, de acuerdo-, pero también pasan.

Comprenderán que ahora me vuelva a refugiar en otro poeta: ¡Oh capitán, mi capitán!

Epílogo
No les canso más. Por mi parte, hasta aquí llega el asunto de los gatos a reconocer y el examen de Física y Química de Secundaria.

Otro día les hablo del gato de Shrödinger y la paradoja cuántica que plantea su imaginario experimento; uno concebido un par de años después de que el físico austríaco hubiese recibido el Premio Nobel de Física en 1933, ‘por el descubrimiento de nuevas formas para la aplicación de la teoría atómica’.

Y por supuesto, si así les parece, también del gato y la tostada de mantequilla. Ya ven que les dejo un adelanto de respuesta.

Pero por hoy basta. Que cada día trae su afán y cada hombre debe ponerle su empeño.



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