viernes, 5 de septiembre de 2014

Misión Swarm y magnetosfera terrestre


Como ya adelantamos, los tres satélites que forman parte de esta misión están encargados de medir las señales electromagnéticas emitidas desde cualquier fuente natural. Tanto mirando hacia al interior del planeta: núcleo, manto y corteza; como a la superficie: océanos y atmósfera, ionosfera y magnetosfera.

O magnetósfera, esa región alrededor de un planeta en la que el campo magnético de éste desvía la mayor parte del viento solar.

Es decir, que actúa como una especie de coraza cósmica protectora, contra las dañinas radiaciones solares constituidas por partículas muy, muy, energéticas procedentes de nuestra estrella, el Sol.

Un escudo del todo imprescindible, para la existencia del tipo de vida que conocemos.


Los tres (3) satélites de la Misión Swarm -de la Agencia Espacial Europea (ESA), lanzada el pasado 22 de noviembre de 2013-, se encuentran en forma de trabajo desde el 17 de abril y, aunque inicialmente fueron colocados en órbitas diferentes, a lo largo de la misión, irán cayendo hasta los trescientos kilómetros (300 km).

Primeros resultados
A pesar del poco tiempo que los satélites llevan operativos, poco más de cuatro (4) meses, ya disponemos de sus primeros resultados. Son numerosos y fiables, de ahí que fueran expuestos en un congreso que la ESA acaba de celebrar en Copenhague.

Sin lugar a dudas confirman que, de media, esta protección se está debilitando. Pero verán, el fenómeno no es tan simple. Resulta que, aunque en buena parte del globo se está debilitando, en otras zonas está aumentando su valor.

Aunque eso sí, su valor medio ha disminuido.

El investigador de la Universidad Técnica de Dinamarca Nils Olsen, especialista en geomagnetismo y miembro de la misión Swarm estima que, en los últimos cien (100) años, el escudo se ha debilitado un cinco por ciento (5 %) de media.

En concreto en el Atlántico Sur, especialmente en América del Sur, el campo magnético se ha debilitado bastante (su intensidad es la mitad que en Europa). Sin embargo, en una región situada al sureste de África y al sur de la India el campo se ha intensificado.

Por lo que se puede desprender del análisis de los datos realizado, no parece que le han sorprendido tanto éstos, como el hecho de haber podido constatar tantos cambios y de forma tan clara, en el campo magnético de la Tierra.

En este sentido apuntarles que, a esta abundancia y calidad de datos, ha contribuido en buena medida la muy baja actividad solar que está teniendo lugar en estos meses.

Sea como fuere, el caso es que estamos ante algo que nunca antes se había sabido, y lo cierto es que no se sabe exactamente cómo manejarlo e interpretarlo científicamente. Puede que a corto plazo se trate de un cambio significativo, pero ignoramos a medio y largo plazo lo que, realmente, puede significar.

Habrá que dar tiempo al tiempo. Tan sólo estamos en los comienzos de la misión, y está previsto que dure al menos cuatro (4) años. Lo dicho. Habrá que dar tiempo al tiempo, que el tiempo, tiempo nos da.

Mapas del campo magnético terrestre
Como se pueden imaginar, de lo primero que ha realizado la ESA para su labor divulgadora es una serie de mapas. Entre ellos uno donde se muestra, cómo es ahora el campo magnético que envuelve a la Tierra.

En él podemos ver cómo su intensidad varía según la región.

Medido en nanoTesla (nT), que es la unidad de medida científica para la magnitud intensidad del campo magnético, observamos que se mueve en un abanico de valores comprendido entre los 20 000 nT, su valor mínimo, y los 60 000 nT, que es su valor máximo.

También aparece una escala cromática para la intensidad magnética, desde el mínimo en color azul, hasta el máximo en rojo, pasando por amarillo, etcétera.

Así podemos ver en rojo las áreas del planeta en las que el escudo protector es más intenso, mientras que en azul se muestran las de menor protección electromagnética.

En un segundo mapa podemos apreciar los cambios registrados en el campo magnético de la Tierra en los últimos seis meses. Ha sido elaborado, ya se lo imaginará, a partir de los primeros datos suministrados por los satélites Swarm.

En una escala numérica relativa y en otra cromática, podemos ver estas variaciones de campo.

La gama de azules nos indica las áreas en las que éste se ha debilitado; el blanco, las regiones en las que no detectaron variaciones; y en amarillo, rojo y fucsia se representan las regiones en las que el campo magnético se ha intensificado, como al sureste de África y al sur de la India.

La siguiente cuestión es saber si ese debilitamiento del campo, supone un peligro para la Tierra o no.



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