Como cada año en el mes de septiembre, y precediendo a los Premios Nobel, nos llegan los divertidos Ig Nobel. Como sabrán son justas “recompensas” a las investigaciones más disparatadas del año.
Por riguroso orden alfabético de “categorías científicas”, los diez (10) ganadores de este año son:
Como lo leen, no es broma.
Su hipótesis de partida, publicada como ‘Aesthetic value of paintings affects pain thresholds’, era que éste sería diferente, en concreto menor, si lo que estaban viendo ellos lo estimaban bonito. Y así fue.
En el grupo de voluntarios con el que se realizó el ensayo, el dolor aumentaba si la pintura que estaban viendo, el estímulo utilizado para distraerlos, no les resultaba atractiva.
A título ilustrativo les diré que artistas como Van Gogh y Botticelli, eran buenos para mitigar el dolor del láser, mientras que Botero o la última etapa de Picasso no demostraron tener poderes analgésicos algunos.
De confirmarse esta idea, sería un detalle a tener en cuenta en la decoración de lugares como clínicas y hospitales donde, por lo general, no solemos pasarlo bien.
Lo que se dicen, unos perros bien orientados.
El más que numeroso equipo llegó a esta conclusión tras observar los hábitos excretores de setenta (70) perros, pertenecientes a treinta y siete (37) razas diferentes, durante más de mil ochocientas (1800) defecaciones y cinco mil quinientas (5 500) micciones.
Los datos pudieron ser recabados gracias a la colaboración de “ciudadanos-científicos” con mascota y que instalaron una 'app' en sus smartphones. El trabajo de título ‘Dogs are sensitive to small variations of the Earth's magnetic field’, está publicado en la revista Frontiers of Zoology.
Pero no tiene usted que fiarse de ellos ¿Tiene perro? ¿Se ha fijado si es cierto lo de esta preferencia orientadora-defecadora, justo en ese preciso momento?
Si no es así y quiere comprobar que, en efecto, los perros al defecar y orinar prefieren alinear sus ejes corporales con las líneas del campo geomagnético de norte a sur, lo tiene bien fácil. La próxima vez que saque a su perro a la calle a hacer sus necesidades, lleve una brújula y compruébelo.
Ya me escribirá si es cierto o no, si le parece oportuno, claro. Ah, le recuerdo la bolsita. Ya sabe.
Hasta aquí bien. Lo inaudito de la investigación es que lo hicieron disfrazándose ellos mismos de osos polares. Sí, lo sé. Sé que suena raro, pero es cierto. Por eso es Ig Nobel de esta categoría este año.
Ellos no disponían de 'app' como en la investigación cánida pero, a la vista está, que andan sobrados de imaginación. Y ni cortos ni perezosos, ataviados con sus disfraces de osos polares, se acercaron a los renos para observar cómo les afecta la presencia osuna.
Por los datos que aparecen en una revista científica de la Universidad de Colorado, donde está publicado el estudio, las distancias a las que se produjeron la alerta, el comienzo de retirada y la huida fueron, respectivamente, 1,6, 2,5 y 2,3 veces más largas cuando los renos se encontraban con una persona vestida de oso que, cuando, lo hacían con una persona vestida con una indumentaria oscura de senderismo.
Una conclusión que de confirmarse, apuntaría en la dirección que la existencia de una relación depredador-presa entre las dos especies. Así como de un parecido asombroso entre el oso y el investigador disfrazado de tal. Inaudito. (Continuará).
Ig Nobel de Arte
Concedido a los investigadores italianos Marina de Tommaso, Michele Sardaro y Paolo Livrea por 'medir el dolor relativo que la gente sufre, cuando observa un cuadro feo en lugar de uno bello, mientras un potente láser les hiere en la mano'.Como lo leen, no es broma.
Su hipótesis de partida, publicada como ‘Aesthetic value of paintings affects pain thresholds’, era que éste sería diferente, en concreto menor, si lo que estaban viendo ellos lo estimaban bonito. Y así fue.
En el grupo de voluntarios con el que se realizó el ensayo, el dolor aumentaba si la pintura que estaban viendo, el estímulo utilizado para distraerlos, no les resultaba atractiva.
A título ilustrativo les diré que artistas como Van Gogh y Botticelli, eran buenos para mitigar el dolor del láser, mientras que Botero o la última etapa de Picasso no demostraron tener poderes analgésicos algunos.
De confirmarse esta idea, sería un detalle a tener en cuenta en la decoración de lugares como clínicas y hospitales donde, por lo general, no solemos pasarlo bien.
Ig Nobel de Biología
Concedido a los investigadores checos y alemanes Vlastimil Hart, Petra Nováková, Erich Pascal Malkemper, Sabine Begall, Vladimír Hanzal, Miloš Ježek, Tomáš Kušta, Veronika Němcová, Jana Adámková, Kateřina Benediktová, Jaroslav Červený y Hynek Burda por ‘documentar con sumo cuidado que cuando los perros defecan y orinan, prefieren alinear el eje de su cuerpo con las líneas norte-sur del campo magnético terrestre’.Lo que se dicen, unos perros bien orientados.
El más que numeroso equipo llegó a esta conclusión tras observar los hábitos excretores de setenta (70) perros, pertenecientes a treinta y siete (37) razas diferentes, durante más de mil ochocientas (1800) defecaciones y cinco mil quinientas (5 500) micciones.
Los datos pudieron ser recabados gracias a la colaboración de “ciudadanos-científicos” con mascota y que instalaron una 'app' en sus smartphones. El trabajo de título ‘Dogs are sensitive to small variations of the Earth's magnetic field’, está publicado en la revista Frontiers of Zoology.
Pero no tiene usted que fiarse de ellos ¿Tiene perro? ¿Se ha fijado si es cierto lo de esta preferencia orientadora-defecadora, justo en ese preciso momento?
Si no es así y quiere comprobar que, en efecto, los perros al defecar y orinar prefieren alinear sus ejes corporales con las líneas del campo geomagnético de norte a sur, lo tiene bien fácil. La próxima vez que saque a su perro a la calle a hacer sus necesidades, lleve una brújula y compruébelo.
Ya me escribirá si es cierto o no, si le parece oportuno, claro. Ah, le recuerdo la bolsita. Ya sabe.
Ig Nobel de Ciencia ártica
Concedido a los científicos, noruego y alemán, Eigil Reimers y Sindre Eftestøl que se propusieron valorar ‘cómo reaccionan los renos ante la creciente presencia de osos polares en tierra firme, motivada por la reducción de la cubierta de hielo marino’.Hasta aquí bien. Lo inaudito de la investigación es que lo hicieron disfrazándose ellos mismos de osos polares. Sí, lo sé. Sé que suena raro, pero es cierto. Por eso es Ig Nobel de esta categoría este año.
Ellos no disponían de 'app' como en la investigación cánida pero, a la vista está, que andan sobrados de imaginación. Y ni cortos ni perezosos, ataviados con sus disfraces de osos polares, se acercaron a los renos para observar cómo les afecta la presencia osuna.
Por los datos que aparecen en una revista científica de la Universidad de Colorado, donde está publicado el estudio, las distancias a las que se produjeron la alerta, el comienzo de retirada y la huida fueron, respectivamente, 1,6, 2,5 y 2,3 veces más largas cuando los renos se encontraban con una persona vestida de oso que, cuando, lo hacían con una persona vestida con una indumentaria oscura de senderismo.
Una conclusión que de confirmarse, apuntaría en la dirección que la existencia de una relación depredador-presa entre las dos especies. Así como de un parecido asombroso entre el oso y el investigador disfrazado de tal. Inaudito. (Continuará).
No había oidi hablar de ellos, pero son de lo más divertido.¿podria escribir de los de otros años?
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