La pregunta surgió una tarde agosteña frente al mar, mientras tomábamos un refrigerio y manteníamos una de esas distendidas conversaciones veraniegas, que no llevan a ningún lado.
- Oye, Carlos, tú que escribes de esas cosas, ¿qué opinas? ¿Es perjudicial tener wifi en casa? ¿Es peligroso que mi hijo tenga el “router” del “wi-fi” en su cuarto cerca de la cama?
Por cierto, ¿qué es eso del wi-fi?
Esto me preguntaba una conocida, porque decía tener un vecino muy tiquismiquis que contaba que le habían dicho, que alguien había leído, eso sí, no sabía dónde, que lo del wifi son ondas electromagnéticas y que, como todo el mundo sabe, esos tipos de ondas producen cáncer.
De modo que quería saber ¿Qué había de verdad en todo eso?
Y hasta aquí la primera andanada de preguntas que me espetó la veraneante, porque el tema no quedó ahí. No. Pero antes de contarles lo que le contesté, les pongo en antecedentes.
Los gozos...
Aunque estoy convencido de que están al tanto del “palabro” wifi, ya de la que va, les recuerdo que con él se designa a una moderna tecnología mediante la cual, podemos conectar diferentes dispositivos electrónicos sin necesidad de utilizar cables, o sea, de forma inalámbrica.Lo que está bien, por lo cómodo que resulta no tener cables por ahí tirados.
Además, lo bueno del asunto wifero está en que lo puede aprovechar cualquier dispositivo electrónico que se pueda imaginar, cualquiera. Me estoy refiriendo a televisiones, computadoras, reproductor de audio digital, impresoras, móviles, una consola de videojuegos, etcétera.
O sea, que está más que bien, por lo aprovechable que es.
Todos ellos, me refiero a los aparatos, mediante esta tecnología pueden acceder a Internet si están conectados a una red inalámbrica que les posibilite dicho acceso.
Un acceso que puede conseguir, incluso, estando a una distancia de veinte metros (20 m) del dispositivo que proporciona la conectividad -por ejemplo, un rúter-, si es que está en interiores; o a una distancia mayor, si se encuentra al aire libre.
Una fuente emisora de ondas electromagnéticas, y su consiguiente red wifi, que puede estar instalada en bares, aeropuertos, clubs sociales, restaurantes, escuelas, universidades y, hasta, en nuestra propia casa. Vamos, una auténtica maravilla lo del wifi. Los gozos.
...y las sombras
Pero claro, y aquí viene lo mollar del asunto ¿Es prudente tener instalada en nuestra propia casa una red wifi, cuando hay tanto escrito sobre lo malo que son las radiaciones electromagnéticas?Estarán conmigo que, la de la señora, era una pregunta de lo más pertinente.
Pues sin más dilación les digo en esta tribuna cibernética, lo mismo que le contesté en la playa. Y ya de entrada les niego la mayor. No corren ningún peligro, utilizando este tipo de tecnologías en sus hogares.
Pueden hasta dormir cerca de un rúter funcionando, como lo puede hacer cerca de un ordenador encendido.
De forma que no es necesario que desconecten estos dispositivos durante la noche, al menos por motivos de salud.
Ni el cuerpo de conocimiento teórico que tenemos sobre las señales de radiofrecuencia de las redes inalámbricas wifi, ni el valor de las pruebas empíricas realizadas hasta ahora hacen pensar, ni por asomo, que el sistema wifi tenga efectos perjudiciales para la salud de las personas. (Continuará)
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