viernes, 1 de agosto de 2014

Carolina Lucrecia Herschel (y II)


(Continuación) En colaboración encontraron más de mil (1000) estrellas dobles, demostrando que algunas eran sistemas binarios; es decir, una prueba fuera del sistema solar de la existencia de la interacción gravitatoria newtoniana.

Durante años se dedicó a la catalogación de nebulosas, llegando incluso a realizar una revisión y ordenación del catálogo estelar Atlas Coelestis, del astrónomo británico John Flamsteed (1646-1719) quien fue Primer Astrónomo Real y tuvo a su cargo, nada menos que, la creación del Observatorio de Greenwich.

Vamos, que no era lo que se dice un mindundi, en el mundillo astronómico de la época.

Bueno, pues tan precisa fue la revisión de la Herschel a su catálogo que, cuando lo acabó y en 1798 lo envió a la Royal Astronomical Society, su Índice de Observaciones de Estrellas Fijas de Flamsteed contenía una lista con quinientas sesenta (560) estrellas más, que éste había omitido.

Ya se lo dije, una mujer singular. Y ahora añado humilde. Dejó escrito con toda sencillez que ella fue entrenada para ser sólo una asistente, no una astrónoma. Pues menos mal, que si no.


Toda una profesional
Por sus valiosas publicaciones sobre astronomía, la Real Sociedad Astronómica le concedió la medalla de oro. Con ochenta y cinco (85) años, y su hermano ya muerto, la nombraron Miembro Honorario de la Real Sociedad Astronómica.

Ella y la también longeva Mary Somerville (1780-1872), la "Reina de las Ciencias del siglo XIX", fueron las primeras mujeres en Inglaterra en tener ese título.

La Real Academia Irlandesa le otorgó el mismo título y, a los noventa y seis (96) años, el Rey de Prusia le concedió la Medalla de Oro en las Ciencias. Murió a los 97 años. Qué más se puede pedir.

Carolina Herschel fue la primera astrónoma profesional.

Les digo esto porque si bien Caroline realizó su labor científica, primero a la sombra de su hermano y, después, de su sobrino, siempre tuvo la gran suerte de que sus méritos le fueran reconocidos de forma individual a ella.

Y ésta es una circunstancia muy poco frecuente en el mundo científico, como sabemos.

Además su caso es un ejemplo del conformista enunciado masculino, según el cual, “detrás de un gran hombre hay una gran mujer”. Porque, verdad es que William Herschel fue un extraordinario astrónomo.

Pero no lo es menos el hecho de que pudo realizar muchas de sus actividades, gracias a que su hermana se encargaba de los enojosos trabajos astronómicos por él. Primero lo hizo por él y después por su hijo John.

Caroline no llegó a casarse. Una vez más, entre Amor y Ciencia eligió a ésta. Sin duda alguna, Carolina Herschel, por su constancia y aportaciones ha sido la mujer que más ha contribuido al avance de la astronomía.


Fue toda una Hacedora de la Ciencia.


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