viernes, 25 de julio de 2014

Fuleco, una mascota (casi) desaparecida del Mundial


Si bien al principio, la elección de Fuleco, fue elogiada por todas las partes y se pensó que sería un rotundo éxito en la campaña de protección del Tatu-bola, vamos todo un golazo a nivel internacional, pronto los hechos demostraron lo errado de la apreciación.

La manifiesta dejadez institucional motivó que las redes sociales se empezaran a movilizar, para llamar la atención sobre la inacción del Ministerio de Medio Ambiente del gobierno brasileño y la falta de colaboración económica de la FIFA.

Un incuplimiento institucional que, tras una denuncia por parte de alguna ONG, dio lugar a varias manifestaciones de los brasileños que terminaron con diferentes atentados contra los muñecos que representan al armadillo.

Unos fueron pintarraqueados, otros pinchados, estotros derribados y esotros quemados. Todo un despropósito.

Paradójicamente, la mascota Fuleco, se ha convertido en un símbolo de la lucha contra el Mundial. Incluso más. En el icono de todas las luchas en Brasil.

Se busca a Fuleco
Tanto es así que gobierno y FIFA decidieron hacerlo desaparecer. Ni muñecos inflables, ni carteles por las calles brasileñas. Ni Fuleco en las pantallas, ni Fuleco en la publicidad de los medios de comunicación.

Si acaso, alguno que otro en alguna Fan Fest de la FIFA o en algún rincón de los estadios. Poco más se ha podido ver.

Además su diario oficial está inoperante desde el mismo día de la inauguración del Mundial y la página oficial de Fuleco en Facebook, tres cuarto de lo mismo.

No solo no hace mención alguna sobre la conservación del armadillo sino que, apenas, tiene una referencia al reciclaje aunque, eso sí, contiene todo un aluvión de mensajes futbolísticos y de todo tipo.

Ha finalizado el Mundial, y ni gobierno ni FIFA, han hecho el menor de los movimientos proteccionistas prometidos. De modo que la mascota de este mundial, conservacionista no se puede decir que haya sido. No.

Pero todo apunta a que se trate de una de las más lucrativas de su historia.

Fuleco, como metáfora de la mercantilización del fútbol. Fuleco como símbolo de inversión pública y beneficio privado. Ya saben, como las virtudes y los vicios. Públicas ellas y privados ellos.

Y para acabar este prontuario futbolístico sobre la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014, un par más de novedades que, una por suerte, no ha habido necesidad de utilizar, y la otra casi.

Me refiero a la norma de los tiempos muertos y a la de la obligación de tener un desfibrilador en el campo.


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