Los que siguen “Enroque de Ciencia” con relativa asiduidad son conocedores, y por ende están al tanto, de lo que pienso sobre este actual y cambiante tema. Por lo que no voy a reiterarme.
Si por cambio climático entendemos toda aquella modificación del clima -originada por causas naturales o antropogénicas- con respecto al historial climático, sea a escala global o regional, entonces, la respuesta es que no se sabe con certeza si en la actualidad hay cambio climático o no.
Por otro lado, ya saben de las dos hipótesis científicas que se manejan acerca de su naturaleza.
Una de origen universal, consecuencia de las leyes del Cosmos, y otra de origen antropogénico, consecuencia de la actividad humana.
Bueno, pues en estas premisas climáticas estaba yo instalado, cuando vino a mis manos la reproducción de un cuadro.
Una pintura que bien podría convertirse en el chivo expiatorio de los partidarios contemporáneos, del origen cósmico del cambio climático. Verán por dónde voy.
Cazadores en la nieve (1565)
Ése es el nombre del óleo sobre madera al que me refiero, y que el pintor flamenco Pieter Brueghel el Viejo realizó en 1565. Una de las obras más representativas de la escuela de pintura flamenca, cuyo tema principal es el paisaje.Un paisaje invernal en el que se representa a hombres, perros y pájaros entre la nieve y el hielo, y donde predomina el blanco de estos y el plomizo del cielo.
Un paisaje que testimonia un clima de lo más desangelado, hace cuatrocientos cuarenta y nueve (449) años ya, y que para no pocos entendidos, a su entender, es la mejor evidencia de la “Pequeña Edad de Hielo, PEH”.
Por si no caen, PEH fue una ola de frío que envolvió el continente europeo, aproximadamente entre los siglos XVI y XIX, poniendo fin a una era extraordinariamente calurosa conocida como “Óptimo climático medieval”.
Al parecer, esta época de frio, fue solamente la última de, casi, una docena de eventos similares que se sucedieron durante los últimos diez mil (10 000) años.
Un fenómeno que, por otra parte, no fue global como en un principio se pensó; los últimos datos disponibles permiten afirmar que fue una época en la que, sólo, el hemisferio norte tuvo un modesto enfriamiento de menos de un grado Celsius, 1°C.
Y una etapa que duró unos trescientos (300) años, más exactamente entre 1550 y 1850, y que tuvo tres periodos especialmente fríos, separados por intervalos de ligero calentamiento.
Los máximos descensos térmicos tuvieron lugar sobre 1650, 1770 y 1850. (Continuará)
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