martes, 18 de febrero de 2014

Norbert Wiener, un hombre despistado


Como otras tantas familias, un día, los Wiener se cambiaron de casa. Conociéndolo -esto todavía no se lo he dicho, pero era muy, muy, despistado-, su esposa Margaret decidió encargarse ella sola de la mudanza, aunque desde un mes antes le recordaba los días que quedaban.

Menudo despistado
“Norbert, acuérdate que dentro de xx días nos mudamos y que, cuando salgas del instituto, no tendrás que coger el mismo autobús, sino el otro que es el que te llevará a la nueva casa”.

Una advertencia a la que un absorto Wiener respondía con un: “Si querida”.

Hasta aquí normal. Es más o menos lo que dirían (diríamos) muchos de los maridos que en el mundo han sido, son y serán. Y así fue hasta que llegó el día D.

Le dio la nueva dirección en una hoja de papel y le dijo: “Hoy es el día”. Toma las nuevas llaves y recuerda que debes subir al otro autobús que será el que te lleve a la nueva casa”.

“Sí, querida. No te preocupes. Adiós, querida”.

Como habrá intuido, al salir del MIT, Norbert, cogió el autobús de siempre, llegó a su antigua casa y se llevó un susto de muerte. La llave no abría la puerta, por las ventanas se veían las habitaciones vacías y no había nadie de su familia.

Literalmente estaba aterrado. El tiempo pasaba y nada. Empezó a dar vueltas cerca de la casa, hasta que vio una chica que se le acercaba. Casi sin mirarla, nervioso, le dijo:

- Perdone señorita, yo vivo aquí pero la llave no abre y no encuentro a mi familia.

A lo que la joven contestó:

- Papá, mamá me ha mandado a buscarte.

Conocida la anécdota protagonizada por el despistado matemático, se nos antoja más próxima una de sus citas: “Hemos modificado tan radicalmente nuestro entorno, que ahora debemos modificarnos a nosotros mismos para poder existir dentro de él”.

Wiener y la Cibernética
Como resultado de los descubrimientos realizados en el proyecto estadounidense, Wiener, introdujo en el mundo científico los conceptos feedback o retroalimentación y cantidad de información, lo que le convierte en precursor de la Teoría de la comunicación o la Psicología cognitiva.

Son los inicios de la Cibernética como ciencia, hacia 1942, fundada e impulsada en sus comienzos por Norbert Wiener y que tiene como objetivo desarrollar un lenguaje y técnicas que permitan abordar el problema del control y la comunicación en general.

El término cibernética fue acuñado por el matemático estadounidense en su libro Cibernética o el control y comunicación en animales y máquinas, publicado en 1948.

Aunque en honor a la verdad hay que destacar que la palabra “cybernétique” ya fue empleada en 1834 por el físico y matemático francés André-Marie Ampère (1775-1836), para referirse a las ciencias de gobierno en su sistema de clasificación de los conocimientos humanos.

Posteriormente, en 1956, Wiener formulará parte del concepto de lo que se conoce como Causalidad de Granger.

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