La razón es bioquímica y estriba en la presencia de unas sustancias llamadas congéneres. Ellos tienen la culpa resaquera, como para Gabinete Caligari la tuvo el cha-cha-chá. (La culpa fue del Cha-cha-chá / que tú me invitaste a bailar / …). Perdón.
Los análisis realizados nos muestran que las bebidas oscuras contienen más de estos congéneres, unos componentes biológicamente activos presentes en la bebida alcohólica, y por eso resultan más dañinas.
Es decir, puesto a emborracharse y si se puede elegir, es preferible hacerlo con vino blanco, ginebra o vodka antes que con whisky, vino tinto o coñac. Pero por favor, no me mal entienda. No estoy haciendo apología.
Ya lo hemos comentado en algún momento, la ingesta frecuente y desmesurada de alcohol produce degeneración neurológica y alteraciones hepáticas, así como dependencia física y psicológica.
¿Qué son los congéneres?
Los congéneres son sustancias que se producen durante el proceso de fermentación en la producción de bebidas alcohólicas. Productos químicos tales como: otros alcoholes aparte del etanol, acetona, ácido acético, acetaldehido, ésteres, aldehídos, etcétera. 
Unos congéneres que son distintos en función del origen de los azúcares fermentados (caña de azúcar, cereales, mosto, remolacha azucarera, restos agrícolas, etcétera) y de la actividad biológica de las levaduras. Y cuya concentración disminuye con el proceso de destilación, como ocurre por ejemplo con el vodka.
Pero sí. Su presencia es la que confiere a la bebida sus propiedades organolépticas, es decir, todas aquellas características físicas que tiene la materia en general y que podemos percibir por los sentidos, por ejemplo, su sabor, textura, olor, color.
Por cierto, ¿es verdad que una resaca se quita ingiriendo más alcohol?
Cada vez veo más interesante esta serie
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