miércoles, 30 de octubre de 2013

¿Cráneo, cerebro o encéfalo?


Dicen que de aquellos polvos estos lodos ¿Qué término debemos emplear? Vista ya la diferencia entre los dos primeros, lo suyo es que pasemos a los dos últimos.

¿Cerebro o encéfalo?
Naturalmente depende a qué nos estemos refiriendo. Pero en el contexto que viene la cuestión, a estas enrocadas líneas negro sobre blanco, en puridad, no los debemos utilizar de forma equivalente pues no son sinónimos.

El encéfalo es la porción del sistema nervioso central contenida dentro del cráneo. Y el cerebro es una parte del encéfalo junto con el tálamo, hipotálamo, bulbo raquídeo, cerebelo y otros. Sólo una parte, si bien es cierto que de todas ellas, es la más voluminosa con diferencia.

Y por ahí puede venir la confusión.

Una cuestión de tamaño, que ha llevado al saber popular a equiparar la parte con el todo, al cerebro con el encéfalo. Stricto sensu, el cráneo alberga al encéfalo y, por ende a una de sus partes, el cerebro.

Una adecuación lingüística que no tiene la mayor importancia. Las lenguas están vivas y se adaptan a los tiempos que corren, impulsadas por la universal “Ley de la economía”.

De forma que lo mismo puede decirle a alguien: “cabeza, cráneo, cerebro o encéfalo de chorlito”.

Se lo diga a quien se lo diga (salvo que sea un chorlito), se va a enterar que no piensa de él que corra, precisamente, la sangre de Aristóteles por sus venas. Vamos que no tiene en alta estima su inteligencia.

Más o menos como la del pájaro, así llamado chorlito, y no tenido por muy inteligente, ya que acostumbra a hacer sus nidos a ras de suelo, con lo que facilita que otros animales se puedan comer los huevos allí depositados.

Claro que si en vez de decírselo se lo “twitea”, mejor escriba cráneo o cabeza. Se ahorrará uno o dos caracteres.

Ya sabe. La omnipresente e ineludible ley de la economía para la supervivencia. Un imperativo cósmico.

Y ya que hablamos de cerebro, vale de encéfalo, ¿cómo es el del jugador de futbol Messi? ¿Por qué juega como juega?

Aunque le resulte extraño, un grupo de investigación holandés ha decidido estudiar el cerebro de Lionel Messi.

Quieren conocer las razones de la extraordinaria forma de jugar del argentino. Analizar el modo como toma esas decisiones instantáneas, su habilidad para la anticipación o la elección entre las muchas variables del juego.

La noche de Max Estrella camina de nuevo.


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