miércoles, 18 de septiembre de 2013

¿Cómo cambian los camaleones de color?


La realidad es que las responsables de dichos cambios son las diferentes clases de células cutáneas pigmentarias, que estos animales tienen estructuradas en varias capas de su piel y que gozan de distintas características o propiedades físico-químicas.

Existen de tres tipos y desde la parte más exterior de su piel son:

a) Cromatóforos, (del griego “portadores de luz”) están situadas en la capa más externa, contienen pigmentos de color amarillo y rojo.

b) Guanóforos, situadas bajo los cromatóforos, contienen guanina, una sustancia cristalina e incolora que refleja el color azul de la luz incidente.

c) Melanóforos, más abajo aún, contienen melanina (la misma que también tiñe la piel humana), un pigmento oscuro entre negro y marrón, que regula el brillo o lo que es lo mismo, la cantidad de luz reflejada.

La Bioquímica del cambio
En un principio los pigmentos están contenidos en pequeñas bolsas dentro de las células, de modo que éstas no presentan ningún color definido.

Sólo cuando una señal emitida por el sistema nervioso, o desde el flujo de sangre, haga que estas bolsas se descarguen y su pigmento coloreado se extienda, la célula adquirirá su color.

Y el camaleón puede controlar la cantidad de pigmento que quiere mostrar, así como el tamaño de la célula coloreada, de cada uno de sus tres tipos de células, en cada capa de su piel.

Lo que unido a los tres o cuatro colores diferentes de los que dispone, y que le posibilitan una gran variedad de combinaciones, le permiten un cambio de color de su piel realmente espectacular.

Cambios que al estar controlados vía nerviosa, tienen lugar de forma muy rápida.

Alcanzando distintos equilibrios entre esas capas es como el camaleón produce la distinta coloración de su piel. Regulando la distribución de los pigmentos que contienen, es como producen los diferentes dibujos, colores, brillos y tonalidades.

La Física del color
Alternando la proporción entre capas, y dilatando/contrayendo las células cromáticas, logra regular los reflejos producidos por cada una de sus capas, que actúan como si fueran filtros de colores una de la otra.

Así obtiene este animal su variada coloración. Unos procesos físicos que se estudian en la teoría del color, un cuerpo de conocimientos asociado a la Óptica física, que es una de las tres patas de banco disciplinar que conforman el Electromagnetismo, junto con la Electricidad y el Magnetismo.

No entraremos en ellos por supuesto pero, más o menos, lo de la coloración es algo parecido a cómo hacemos nosotros cuando mezclamos diferentes pinturas para sacar el color que queremos y no tenemos.

Por ejemplo cuando los cromatóforos de la capa superior son de color amarillo, la luz azul incidente, al ser reflejada por los guanóforos se tiñe de verde (azul + amarillo). De esta forma se pone verde un camaleón.

Sin embargo los tonos rojizos y anaranjados se logran sin intervención de los guanóforos.

Si el que se combina es el rojo con el azul, la tonalidad obtenida es la morada y si algunos cromatóforos se tintan de amarillo el color obtenido es el marrón.

Independiente del color final, la capa de melanina es la responsable de controlar su intensidad, contribuyendo a las diferentes tonalidades de brillo y oscuridad de un mismo color.

Los cambios de color se deben al movimiento de la melanina (negra o marrón) dentro del melanóforo, que es controlado por el sistema nervioso. De ahí que estos animales, cuando están enfermos, se pongan pálidos al carecer de la energía suficiente para distribuir la melanina.

Así, un camaleón que tranquilo es de color verde pálido, cuando se enfada puede ponerse amarillo brillante y, si quiere encontrar pareja se vuelve de todos los colores posibles que pueda. Ya saben que hay cosas que no tienen enmienda.

Y como hemos repetido hasta la saciedad, estas variaciones no tienen como fin el camuflaje.


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