martes, 20 de agosto de 2013

¡No se puede engañar al alcoholímetro! (2)


(Continuación) Resulta que la cafeína es un alcaloide (1,3,7-trimetilxantina) del grupo de las xantinas que estimula la eliminación del alcohol en la sangre.

Por ejemplo, para que se haga una idea, la cantidad que en condiciones normales necesitaría de cuatro horas para ser eliminada, con cafeína sólo sería de dos horas y medias.

O sea que sí, que ayuda, pero no produce milagros. A favor de este “recurso” decir que no es ilegal, ya que no enmascara la tasa de alcohol al etilómetro, sino que lo elimina del organismo.

En contra tiene lo que todos, no es efectivo. La cafeína del grano absorberá el alcohol que se encuentre en la saliva, mientras que el alcoholímetro de los agentes mide el alcohol que está en los pulmones. Ahí está el error.

2. Mascar chicle o chupar caramelos. Otras tretas con cierto basamento científico, al menos cualitativo pero, por desgracia, no cuantitativo.

De un lado, sin comentario el hecho de que enmascare el olor del aliento ya que eso no sirve de nada en el momento de la prueba, pues el alcohol sigue estando presente.

Pero de otro, sí es cierto que al producir saliva se ralentiza el proceso que permite que el alcohol pase a los pulmones, aspecto cualitativo.

Aunque no es menos cierto que lo hace en una cantidad tan mínima, que no altera significativamente la medición del alcoholímetro, aspecto cuantitativo.

3. Beber mucha agua o ponerse hielo en la boca. Partiendo de la base que esta sobrehidratación sólo podría ser eficaz si se prolongase durante horas y que, aún en ese caso, la tasa de alcoholemia apenas bajaría un dos o un tres por ciento, no parece que este truco nos vaya a sacar con bien del test de alcoholemia.

4. Bajarse del coche y ponerse a correr o a hacer flexiones. No hay duda alguna de que el ejercicio físico es bueno para el hombre en cualquier situación. Y en ésta también pues, con su práctica, aumentamos la velocidad de metabolización del alcohol.

No en vano hacemos que se muevan más rápidos corazón y sangre, respiramos más intensamente y orinamos más. Y ya sabemos que respiración y orina son dos vías de expulsión del alcohol del organismo.

Así que bien, por lo que eso puede suponer. Pero volvemos a tener el mismo problema: el tiempo. Los efectos etílico-disminuidores no los apreciaríamos hasta pasadas al menos dos horas. Demasiado tiempo.

5: Dormir. Está en la misma línea explicativa pero, cuantitativamente, su efecto es menor. Dormir durante una hora elimina menos alcohol que caminar durante ese mismo tiempo.

Sencillamente, durmiendo, el sistema respiratorio trabaja más lentamente y elimina por tanto menos alcohol

6. Comer mientras bebes. Así dicen que te emborrachas menos y no das positivo en el test. Estamos en las mismas pues se trata de un mito falso sólo a medias. De cierto tiene que el que come mientras ingiere alcohol, tarda más tiempo en apreciar sus efectos que el que se lo toma sin haber ingerido ningún alimento.

En este caso, según la ingesta, la rapidez y la masa corporal las consecuencias se pueden llegar a apreciar de forma casi inmediata.

Y de incierto, que el alcohol ingerido está en todo el cuerpo. Incluido los pulmones, por lo que aparecerá en el test.

7. Tomar Almax. Es el nombre comercial del almagato, un fármaco con capacidad para neutralizar el ácido clorhídrico, inhibir la pepsina activa y absorber y neutralizar los ácidos biliares. Es un protector de la mucosa gástrica.

Con su acción evita que algunas sustancias se absorban por el estómago, tanto las comidas como las bebidas, de modo que sí, retarda los efectos de la bebida. Dicen que tomándose dos de golpe funciona. Ya.


Pero lo cierto es que volvemos a lo mismo. Los alcoholímetros miden el alcohol que se encuentra en los pulmones. Así que ni dos, ni tres, ni…

8. Vomitar. Así podemos eliminar parte del alcohol del estómago, pero no el que ya esté en los pulmones. No obstante, este método podría funcionar. (Continuará)

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