Así es. Ésa es otra. La sangre huele y sabe también a hierro, un desagradable sabor y olor para muchos. Y como no puede ser de otra forma, la razón de estas sensaciones no debe andar lejos de las expuestas para los metales hierro Fe (s) y cobre Cu (s).
Se trata de un proceso parecido, ya que la sangre contiene hierro, en forma de cationes ferroso o hierro (II), que recuerde son los que nos huelen “a metálico”.
Les digo parecido porque si, en el caso del metal, era la transpiración grasa de la piel la que, al reaccionar con él, formaba los cationes Fe2+, responsables del olor metálico.
En el caso de la sangre, el hierro que contiene, está presente ya como tal catión.
No se tiene que formar mediante reacción con los lípidos de nuestra piel. Ya está en ese estado de oxidación. Por eso la sangre huele así, sin que la toquemos.
Se trata de un proceso bioquímico, en el que algunos antropólogos quieren ver el agente encargado de provocar, desde nuestros antepasados, una reacción biológica en nosotros.
Una reacción que despertara el instinto de supervivencia que nos lleva a proteger a nuestro hijo o ser querido herido. Por eso la sangre tiene ese peculiar olor y sabor, para avisarnos de un peligro.
Un mecanismo evolutivo, otro más, de selección natural. Sabia naturaleza. Naturaleza química.
Una ventaja evolutiva, la de poder detectar el olor metálico de la sangre, no sólo porque nos ayuda a la hora de auxiliar a otro ser humano, sino porque nos permite seguir el rastro de una presa herida o a ponernos alerta frente a un posible peligro y así evitarlo.
Sí tiene buena pinta. No obstante quedan un par de cuestiones por atender.
Una atañe a quien descubrió que había hierro en la sangre. Y la otra guarda relación con el cómo y cuándo lo consiguió. Así que vamos en busca de pruebas y autor.
De la historia del descubrimiento y su autor
La historia de este descubrimiento se remonta a mediados del siglo XVIII y, como suele ser frecuente, tiene una paternidad múltiple. Su autoría está vinculada a varios autores, entre los que destaca un médico de Bolonia, Vincenzo Menghini (1704-1759).Su línea de investigación, dada la época, fue de lo más ingeniosa. No conforme con lo que era evidente y todo el mundo suponía, que la sangre tenía hierro por el sabor, él puso en marcha un experimento.
Hacia 1745, coció la sangre de diversos mamíferos, aves, peces y, también, humana. Y al residuo seco resultante, le aproximó un cuchillo imantado. Probablemente no sin sorpresa por su parte, sabía lo que se hacía, observó que al cuchillo se le adhirieron unas partículas.
Unas porciones de materia que debían contener hierro. Si no de qué el que se sintieran atraídas por el cuchillo
Fue la primera vez que el hombre constataba un oligoelemento en un tejido vivo; una sustancia que como sabemos hoy, aunque en cantidades mínimas, resulta esencial para la vida.
Con posterioridad el propio Menghini llevó a cabo otros experimentos. Enriqueció con hierro el alimento que suministraba a animales y seres humanos y, posteriormente, estudió el aumento que, en glóbulos rojos, experimentó su sangre.
Una prueba de que los glóbulos rojos de los animales contienen hierro y de que el color está relacionado con él.
Menghini estudió también el efecto que una hemorragia tenía sobre el contenido de hierro de la sangre. En él mostraba que, después de un sangrado, la sangre se empobrece en hierro.
Un contenido que también comprobó, se puede aumentar con una dieta alimenticia rica en ese elemento.
Como ya habrá podido deducir por lo dicho, su contribución fue la base para explicar, y curar, la clorosis. Una enfermedad caracterizada por la tonalidad verdosa de la piel, y que fue entonces cuando adquirió su actual nombre, anemia.
Leo que existe una referencia bibliográfica de esta relación entre hierro y sangre. Aparece en el libro sobre la historia de los elementos químicos de Hugh Aldersey-Williams, titulado La tabla periódica.
En cuanto pueda se lo enroco.
¿Qué es el STM?
ResponderEliminarEste artículo contiene demasiados errores, es increíble cómo la mal información llega a estos grados, pobre de aquel que lo use académicamente o de manera científica.
ResponderEliminarPues para ser demasiados no nombras ni uno sólo. Éso sí que es increíble
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarQue?
EliminarJa , creo que es falso
Donde consigo la información?
ResponderEliminarMas que a hierro me huele a óxido, debe ser que mi sangre se puso vieja
ResponderEliminarLa pregunta es si es bueno o malo que la sangre huela a hierro o metal? Se estará perdiendo hierro a través de la sangre.
ResponderEliminarEmm... Según lo que entendí: es bueno que huela a metal ?? Porque la mía huele y sabe a metal. Es un poco raro pero si me hago un corte y sale sangre. Estoy perdiendo hierro? Nesesito respuesta
ResponderEliminarSaludos cordiales
Anto O.👍
Ajam... Este tipo es profesor y según yo está equivocado.
ResponderEliminarAcabo de buscar en Google: '' ¿Porque la sangre sabe a metal?'' y entonces la respuesta es que.....
Pues no lo sé wey acaso crees que soy inteligente?? Jajajaj tengo 13 años
13 ? En mi colegio a esa edad ya me enseñaron estás cosas.
EliminarHola pues no entiendi nada
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