Que casi podrían ser tres y de naturalezas variadas: biofísica, bioquímica y físico-química.
Dos investigadores japoneses, los especialistas en fisiología animal Tsuyoshi Shimmura y Takashi Yoshimura, de la Universidad de Nagoya, se plantearon tres hipótesis de trabajo para explicar por qué cantan los gallos.
Si lo hacían como respuesta a algún estímulo externo, que bien podía ser desde la salida del sol, hasta el encendido de un foco luminoso, pasando por el canto de otro gallo.
Que el canto estuviera bajo el control de un reloj biológico interno o circadiano. O que fuera una combinación de los dos, y estos animales funcionaran en una especie de ritmo circadiano en sintonía con los fenómenos del mundo que les rodea.
Los resultados de sus investigaciones fueron publicados hace sólo unos meses en la revista Current Biology.
Estímulos externos
Para poder demostrar la influencia exógena de esta hipótesis, realizaron diversos experimentos en distintas condiciones. De los datos extraídos de algunos de ellos se podría interpretar que la frecuencia e intensidad del canto de los gallos dependería del número de gallinas y gallos que hubiera en el mismo gallinero o en los gallineros vecinos.
De otros, en los que se han encendiendo de forma repentina las luces de un gallinero a oscura, a mitad de la noche, para ver si el gallo cantaba como una reacción a la luz, lo cierto es que los resultados no son nada concluyentes.
Sólo en algunos casos el gallo ha respondido a la luz y ha tratado de cantar como lo hace al alba, pero lo ha hecho de una manera pírrica, nada comparable a cuando lo hace, por ejemplo, al amanecer.
Pero ha cantado ¿Podemos considerar a la influencia exógena como la causante de una relación causa-efecto?
Estímulo interno
Esta segunda hipótesis se basa en la idea de que el canto de los gallos se debe a la existencia de un reloj biológico o circadiano. Para su demostración pusieron a unos grupos de gallos bajo condiciones de luz continua, las veinticuatro horas, y esperaron. A pesar de ello los gallos cantaron cada mañana, aproximadamente, antes de la salida del Sol, a pesar de que ellos estaban bajo una luz continua.
A otros tres grupos de cuatro aves las dispusieron en salas especialmente iluminadas e insonorizadas y se las sometieron a distintas pruebas.
Sometidas a ciclos de doce horas de luz y doce de oscuridad, representativas del día y la noche, una vez que los gallos captaron el ritmo, comenzaron a cantar unas dos horas antes de que las luces se encendieran.
Pero cuando se las sometieron a veinticuatro horas de oscuridad, sin luces ni sonidos, sorprendentemente, los gallos continuaron a cantando unas dos horas antes de la hora en que anteriormente se encendían las luces del laboratorio.
¿Podemos considerar el ritmo circadiano como el causante de una relación causa-efecto?
Entre externo e interno
Por último, se colocaron algunos estímulos externos en las jaulas, como luces y sonidos. Y si bien estos estímulos despertaron a los gallos, haciéndoles cantar más o menos, ellos seguían cantando dos horas antes del “amanecer”. O cuando sabían de la presencia de otros gallos en sus proximidades. (Continuará)
Siempre ha sido interesante la forma en la que los grupos gallo comienzan a cantar y la forma en la que "saludan" la mañana.
ResponderEliminarla manera en la que los grupos gallo inician su cante es increíble...
ResponderEliminarPUCHA
ResponderEliminarEn resumen cantan cuando se levantan y no lo hacen cuando duermen.
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