(Continuación) Con el molde se hicieron numerosas copias, que muy pronto se pusieron de moda en el París bohemio. Y durante las primeras décadas del siglo XX, buena parte de los hogares franceses y alemanes la tenían colgada en sus paredes.
Es lo que tiene la moda, que se deja influir por la novedad.
Pero su popularidad no quedó ahí. También llegó a los medios artísticos, sobre todo a la literatura, y también al cine.
Influencia en el mundo artístico a literatura y el cine
Por sorprendente que le parezca, el rostro de la desconocida llegó a casi toda la literatura mundial: inglesa, alemana, rusa, americana, francesa, etcétera. Y no pocos escritores se inspiraron en ella para algunas de sus piezas literarias: Albert Camus, Rainer Marie Rilke, Vladimir Nabokov, entre otros.
Unos haciendo referencia a su enigmática sonrisa, comparándola con la Gioconda; otros reflexionando sobre el acto del suicidio y estotros, asociándolo con enfermedades terminales. En fin, somos humanos y nada nos es ajeno.
Buena prueba es que los perfectos rasgos de la máscara llegaron, incluso, al cine. Todo hace pensar que fue en ella en quien se inspiró el prototipo femenino de las películas de la primera mitad del siglo XX.
Y actrices, desde Greta Garbo hasta Brigitte Bardot, tuvieron éxito en la gran pantalla en buena medida, por la familiaridad de sus facciones con la desafortunada joven.
Otras versiones sobre la desconocida del Sena
Desafortunada y desconocida porque, en realidad, sobre el origen del molde existen otras versiones. No faltan especialistas que piensan que la modelo no podía estar muerta cuando se realizó el molde, Sencillamente aducen que el cadáver de un ahogado, no tendría las facciones tan claras, después del tiempo pasado en el agua. Podría ser.
Otros apuntan en la dirección de que fue la hija de un fabricante alemán de máscaras, la auténtica modelo del molde. Pues también podría ser, porqué no. Pero el caso es que nada de lo escrito en ese sentido tiene importancia. La desconocida del Sena ya era inmortal, fuera quien fuese.
Como en otros casos, la vida había sido una escritora más audaz. Más que la misma realidad.
Y en este momento de la historia cuando aparece el juguetero Laerdal y el encargo del médico Safar de un muñeco, para practicar su novedosa técnica de estimulación cardiopulmonar. Ése era su problema. El del fabricante de plásticos era qué cara ponerle al maniquí.
Hasta que encontró a la desconocida del Sena, que seguramente no se llamaba Anne, pero cuyo rostro tenía lo que él buscaba. Así nació el maniquí, también conocido como Little Anne, la pequeña Anne. La mujer más besada de la historia.
De tragedia a símbolo de vida
Una mujer a la que su delicada belleza, etérea sonrisa y enigmática muerte hicieron popular. Y a la que la inquietud artística de un fabricante y el entusiasmo profesional de un médico hicieron universal. Son las paradojas que a veces nos ofrece la vida. El rostro de aquella joven ahogada en el Sena, inmortalizado en la muñeca “Resusci Anne”, se ha convertido en un símbolo de vida para miles de personas en todo el mundo.
Toda una aventura humana que tiene su origen en una tragedia personal del doctor Safar. La muerte de su hija Elizabeth, con tan solo once (11) años, como consecuencia de un paro cardíaco.
Ése fue el desencadenante para que iniciase sus investigaciones sobre los cuidados intensivos y la reanimación cerebral, y con ellas la idea de crear un método para que la población pudiese aprender a reanimar.
Esta es la historia de Little Anne o Resusci Anne. Un maniquí que ha servido de modelo, para que mucha gente aprenda a practicar la reanimación cardiopulmonar (RCP) o reanimación cardiorrespiratoria (RCR).
Una historia que empieza a finales del siglo XIX y continúa en nuestros días. La historia de la chica más besada de la Historia, y por todos. Mayores y pequeños, mujeres y hombres la han besado, y con ese acto han aprendido a salvar vidas.
Unas vidas que provienen de la muerte a través de un beso. El beso de la vida. Claro que el beso también sirve para otras muchas cosas`, y se dan por otros tantos motivos. Qué les voy a contar a ustedes.
no tenía ni idea de esa historia y me ha gustado
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