viernes, 11 de enero de 2013

Ratas antiminas (y 2)

(Continuación) Nada más oírlo, la rata abandona su posición y corre hasta él por su recompensa: una pequeña golosina, un trozo de plátano o un cacahuete. Se la ha ganado con creces, créanme.

Entonces es cuando empieza el trabajo del artificiero encargado de desactivar la mina, sin ningún peligro para el roedor.

No sé ustedes, pero quien escribe, tras conocer esta noticia mira a las ratas con otros ojos.


Operaciones antiminas (Hero rat
En la actualidad, la organización Apopo, cuenta con unos trescientos (300) ejemplares en distintas fases de entrenamiento. Unas auténticas ratas heroínas. Un número que les ha hecho ampliar su campo de intervención.

Por ejemplo hasta el cercano Mozambique. Un país sembrado de minas desde la cruel guerra civil que lo asoló durante quince (15) años, los transcurridos entre 1977 y 1992.

Bueno pues estas ratas entrenadas han limpiado, en el pasado 2012, cerca de medio millón de metros cuadrados (500 000 m2) de terreno mozambiqueño, detectando casi seiscientas (600) minas y más de trescientos (300) proyectiles de artillería. Y aún continúan.

Se trata de una tierra que no ha sido trabajada durante lustros, por la amenaza de explosión letal que suponía hacerlo, y con la consiguiente pérdida de riqueza.

Pero no quedan ahí los planes expansivos antiminas. En breve empezarán a trabajar también en Angola, hasta donde ya se ha desplazado un primer comando de estas pequeñas heroínas anónimas.

Y no solo actúan en África. También en Tailandia han demostrado su eficacia en la detección de minas. Se estima que aún quedan cincuenta y cinco millones (55 000 000) de minas sin explotar, repartidas en más de ochenta (80) países.

De modo que, por desgracia, no les faltará trabajo en bastante tiempo.

Un trabajo fundamental que reduce, y en mucho, el riesgo de los habitantes de esas zonas, de volar en pedazos. La eficacia de estos roedores está más que demostrada. Como comprobadas están sus ventajas sobre otros animales antiminas empleados.

Ventajas ratenses
Si bien el hipersensible olfato de los perros, superior al de las ratas, les hace ser unos animales muy utilizados, también con éxito en estas tareas, no obstante, en conjunto las ratas les superan en ventajas. Les apunto algunas.

Para empezar, y dado que estas ratas son una especie autóctona del África subsahariana, su organismo está protegido de las enfermedades tropicales que suelen afectan a las personas o animales que llegan de otras latitudes.

Unas enfermedades que merman sus facultades o le producen la muerte. Un detalle a tener en cuenta.

Continuando con que si bien es una especie realmente grande comparada con otros roedores - puede llegar a medir hasta noventa centímetros (90 cm) y tener una masa de un kilogramo y medio (1,5 kg)-, sin embargo este valor está por debajo de los cinco kilogramos (5 kg), que es el mínimo necesario para activar una mina antipersona.

Lo que significa que no corren ningún peligro. Un detalle esencial.

Por otro lado, debido a su tamaño y carácter tranquilo, el traslado de los animales resulta sencillo a pesar de que sea a largas distancia. Un detalle de importancia.

Y para acabar. A diferencia de los perros, estos animales no desarrollan un vínculo emocional con su entrenador.

Interactúan a gusto con ellos y cuando, tras detectar lo que buscan, corren para cobrar su trozo de comida lo hacen pero, sólo, por mera supervivencia. No porque hayan desarrollado emociones de empatía con él. Es otro detalle a considerar.

Así que ya ven que no son pocos.

Pero como ya saben, no es ésta la única misión salvavidas que las ratas gigantes de Gambia llevan a cabo para nosotros. También detectan si un paciente humano tiene tuberculosis.

Un asunto serio también donde los haya. Son las ratas antituberculosis.

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