(Continuación) Como es imaginable, el nombre de sextante le viene de la correspondencia de su escala (60º) con la sexta parte de una circunferencia (360º).
También decir que puede estar, a su vez, dividido en cuatro cuartos de 15º cada uno, siendo los valores de dichos cuartos: 15º, 30º, 45º y 60º.
Recordemos por último que, desde hace milenios, la circunferencia ha sido utilizada por el hombre, en numerosas civilizaciones, como representación de lo perfecto, de lo divino.
El símbolo mismo de la perfección y la divinidad.
Bueno pues ya tenemos una parte importante de la conexión entre la astronomía y el tenis. Cuatro cuartos de 15º cada uno, que valen 15, 30, 45 y 60 y conforman un sextante. Y seis sextantes que componen una circunferencia.
Es decir veinticuatro (24) cuartos en total que a 15º cada uno completan la circunferencia, o lo que es lo mismo 360º. La divina perfección.
Unas operaciones geométricas que trasladadas al mundo del tenis nos darían cuatro puntos de diferentes valores (15, 30, 45 y 60), que a su vez conforman un juego y un número, seis, de juegos que completan un set.
Así se jugaba en la Edad Media. Punto, juego y set.
Nuestro actual set era el partido para ellos. Ganaba el que antes cerraba la circunferencia. El que primero alcanzaba la perfección. Una concepción interpretativa casi divina para un juego. Un simbolismo como suele ocurrir en otros juegos.
Claro que con el paso del tiempo fueron surgiendo modificaciones.
Inciso sexagesimal
Antes de proseguir, convendría matizar que si bien nuestro mundo, hoy día, está prácticamente regido por el sistema métrico decimal, es decir, que nuestra base numérica está basada en el número diez (10), esto no fue siempre así. Hasta el siglo XVII, el sistema numérico de referencia era el sexagesimal, que utiliza como base el número sesenta (60), y es que, a poco que lo piense, no son pocas sus ventajas.
Ya hemos enrocado este tema y recuerden que hablamos de cómo seguimos teniendo dividida cada hora (1 h) en sesenta minutos (60 min) y éstos, a su vez, en sesenta segundos (60 s), de modo que una hora son trescientos sesenta segundos (360 s).
De nuevo la perfecta divinidad.
O de cómo en los antañones tiempos de escuela, nos enseñaban que los ángulos en geometría se miden en grados, que constan de sesenta minutos y éstos de sesenta segundos.
Una logística sencilla.
Tanto, que en pleno siglo XXI, los huevos se siguen vendiendo por docenas o medias docenas ¿O no se ha dado cuenta? Claro que sí pero, ¿por qué es así?
Por no añadir que en las tiendas tenemos los sextetos cerveciles; las cajas de leche con la media docena de bricks; los paquetes de papel higiénico de 24, 18, 12 y 6 rollos, y algún que otro ejemplo más, que recordar no quiero.
Y en esas estamos. A pesar del tiempo transcurrido permanece el duelo entre sistemas. Decimal versus sexagesimal.
¿Cuál es el presente de la puntuación?
Volviendo a la puntuación tenística, y como decíamos más arriba, desde entonces no han cesado de producirse modificaciones en las reglas del juego. Sobre todo desde el siglo XVI hasta el XVIII. Unos cambios que nos han llevado al actual sistema de puntuación que conocemos. (Continuará)
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