Echo a andar por este paseo, metafóricamente hablando, y lo hago con una curiosidad en la mente.
A pesar de lo que se pudiera pensar, la configuración de esta importante vía urbana del Casco Antiguo (41001) es relativamente reciente; tan solo ciento setenta y siete (177) años la contemplan. Así y todo, es el segundo reconocimiento que la ciudad hace a la figura de Cristóbal Colón.
Y es que, como tal paseo, su existencia se remonta, aproximadamente, a 1835. Una “modernidad” que no nos debe sorprender, si consideramos dónde está ubicado.
El paseo Colón, así es conocido popularmente, se encuentra en la zona “del Arenal”, a extramuros de la ciudad histórica. Un lugar de fácil inundación en otros tiempos -a causa de su cercanía al río Guadalquivir y sus frecuentes crecidas-, hasta la construcción de la dársena.
Una de esas mejoras ingenieriles que traen los avances de los nuevos tiempos.
Situado en la margen izquierda de la dársena constituye, desde la antigüedad, el mirador natural por el que Sevilla se asoma a su río.
Aunque ha llevado distintos nombres a lo largo de la historia: Paseo, Paseo del río, Orilla de la Torre del oro, Acera del Malecón, Orilla del río y, hasta, Charanga, el que tiene en la actualidad se le puso en 1892, con motivo del IV Centenario del Descubrimiento de América.
El trazado del paseo, prácticamente recto y de unos setecientos setenta metros (770 m), discurre paralelo a la dársena, como continuación de la calle Arjona (cruce con la calle Reyes Católicos) y comienzo del paseo de las Delicias (cruce con la calle Almirante Lobo, edificio Cristina).
O si lo prefieren, entre el puente de Isabel II y el de San Telmo. Vamos, entre el puente de Triana y el de Plaza de Cuba, para entendernos. De puente a puente.
Y tras la curiosidad temporal continuamos nuestro virtual paseo, ahora, con una diferenciación, esta espacial. En oposición al monumento del Huevo, el paseo tiene una magnífica ubicación que está en consonancia con la importancia del titular.
Y a propósito del huevo, me gustaría contarles su historia. Que no es la historia de un huevo cualquiera, sino la del ‘Huevo de Colón’.
¿De dónde proviene este vínculo entre el descubridor y ese cuerpo, más o menos redondeado, que producen las hembras de diversos grupos de animales?
El huevo de Colón, una fuente histórica
El del huevo es uno de esos supuestos sucedidos históricos, del que sabemos que existen más de una fuente. Una evidencia, quizás, de su naturaleza apócrifa. La más conocida de estas fuentes, tal vez, sea la historia que refiere el historiador italiano Girolamo Benzoni (1519-1570), en su obra ‘Historia del Nuevo Mundo’ (1565). (Continuará)
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