(Continuación) Una mezcla homogénea de, en este caso, dos metales, cobre Cu (s) y estaño Sn (s), en la que el primero es el más abundante (80-97 %).
Otras aleaciones conocidas, que seguro le suenan son: acero, hierro Fe (s) y carbono C (s); latón, cobre Cu (s) y cinc Zn (s); alpaca, cinc, cobre y níquel Ni (s); oro blanco, oro Au (s) y algún metal claro como plata Ag (s), paladio Pd (s) o níquel; constantán, cobre y níquel; cuproníquel, cobre, níquel e impurezas como hierro y manganeso Mn (s); nicrom, níquel y cromo Cr (s); plata de ley; etcétera.
Y hasta aquí el apunte químico. Ya les avisé que era breve.
La nominativa. El hecho de que la obra lleve por título “El nacimiento de un Hombre nuevo”, particularmente, me parece bien traído. Sí. Esta asociación me gusta. Tiene sentido.
La simbólica. Pero que tenga al almirante metido dentro de un huevo a punto de abrirse. No sé. Alegórica quizás resulte, ¡pero ponerlo dentro de un huevo! No sé. Me hace pensar en un hombre prisionero de su historia. No. Ésta no me gusta.
La espacial. Y si además la escultura se encuentra ubicada en un lugar tan apartado de la ciudad, como lo está. Si se piensa bien, casi podríamos decir que está “el fin del mundo”, al menos sevillano, pues me da no sé qué.
Claro que eso del fin del mundo es relativo me dirá usted, ya que dependerá desde dónde lo diga uno. Y no le falta razón. Pero ya saben por dónde voy. No. Esta asociación me disgusta.
La zona, además, está algo “descuidadita” y, al fin y al cabo, este señor descubrió un mundo nuevo. Que, estarán conmigo, no lo hace cualquiera, ni todos los días.
No. Definitivamente, ésta no me gusta. No me gusta nada. Aunque es posible que exagere. Quizás. Podría ser.
Pero donde no cabe el menor atisbo de duda es, en la importante relación que existe entre el señor Colón y la ciudad de Sevilla. Buena prueba de ello son los, no pocos, reconocimientos que en ella tiene.
Por ejemplo la vía de la que es titular, el paseo de Cristóbal Colón.
Asociaciones curiosas
Referente a las asociaciones, les traigo una terna de ellas. Una nominativa, otra simbólica y, una más, espacial.La nominativa. El hecho de que la obra lleve por título “El nacimiento de un Hombre nuevo”, particularmente, me parece bien traído. Sí. Esta asociación me gusta. Tiene sentido.
La simbólica. Pero que tenga al almirante metido dentro de un huevo a punto de abrirse. No sé. Alegórica quizás resulte, ¡pero ponerlo dentro de un huevo! No sé. Me hace pensar en un hombre prisionero de su historia. No. Ésta no me gusta.
La espacial. Y si además la escultura se encuentra ubicada en un lugar tan apartado de la ciudad, como lo está. Si se piensa bien, casi podríamos decir que está “el fin del mundo”, al menos sevillano, pues me da no sé qué.
Claro que eso del fin del mundo es relativo me dirá usted, ya que dependerá desde dónde lo diga uno. Y no le falta razón. Pero ya saben por dónde voy. No. Esta asociación me disgusta.
La zona, además, está algo “descuidadita” y, al fin y al cabo, este señor descubrió un mundo nuevo. Que, estarán conmigo, no lo hace cualquiera, ni todos los días.
No. Definitivamente, ésta no me gusta. No me gusta nada. Aunque es posible que exagere. Quizás. Podría ser.
Pero donde no cabe el menor atisbo de duda es, en la importante relación que existe entre el señor Colón y la ciudad de Sevilla. Buena prueba de ello son los, no pocos, reconocimientos que en ella tiene.
Por ejemplo la vía de la que es titular, el paseo de Cristóbal Colón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario