(Continuación) Pero lo cierto es que Aldrin no está solo en esta idea. En la misma línea de pensamiento, anda el también astronauta Eugene Cernan (1934), el último hombre en pisar la Luna, junto con H. Schmitt (1935) en 1972.
Para Cernan “Ya debería haber un hombre en Marte”.
En cualquier caso, se mire desde donde mire, el quid de la cuestión de porqué no hemos vuelto a la Luna parece evidente, al menos desde el punto de vista racional.
No interesa volver, ni científica ni económicamente, a Selene. Eso es lo que hay, si consideramos lo dicho hasta ahora. Pero…
Sí, lo sé. Siempre, o casi, hay un pero en mis planteamientos. Qué quieren, la ciencia es así. Y la auténtica, la verdadera, nos enseña, sobre todo, a dudar y a aprender a ser ignorantes.
De ahí que, al principio de esta serie de entradas, les avisara de que existían razones razonables y también, otras, no tan razonables. Y es así.
Para ciertas personas, existen otras supuestas motivaciones que justifican porqué no hemos vuelto a la Luna. Si las razonables eran económicas y científicas, éstas, las no razonables, son pseudocientíficas o científicamente falsas.
Motivos pseudocientíficos
Bueno. No lo he dicho de forma correcta. Para determinadas personas, en realidad, no hemos vuelto a la Luna por la sencilla razón de que, nunca estuvimos en ella. Así de simple. Y todo lo que vimos ese verano de 1969 fue, sencillamente, una farsa. Una impostura espacial.
Ya hemos tratado esta errada y conspiranoide hipótesis tanto en el blog como en el programa radiofónico, de modo que no nos repetiremos. Sólo les recordaré que lo hicimos en la sección de Libro Recomendado y en una posterior entrada de apostilla.
El libro lleva por título La conspiración lunar ¡Vaya timo! y pertenece a la escéptica y divulgadora colección ¡Vaya timo! de la Editorial Laetoli, de la que por cierto, ya les he presentado algún que otro libro.
En éste su autor, Eugenio Fernández, consigue desmontar el bulo, y echar abajo la superchería de que el ser humano nunca llegó a la Luna. Una lectura recomendada por su claridad expositora y rigor científica.
Y la apostilla la pone al final del libro su autor. El profesor Fernández nos presenta un listado con diez (10) argumentos que sustentan, de forma contundente, la llegada del hombre a la Luna. Un decálogo para tener a mano.
No les canso. Les remito a la referencia bibliográfica y ya me contarán qué les parece. Si lo ven conveniente, claro.
Pero por si no lo ven así -sea porque no hayan leído el libro o porque, una vez leído, no quieran contarme lo que les parece-, me voy a tomar la libertad de hacerle un breve recordatorio de la intrahistoria de este asunto del supuesto timo lunero.
Más que nada para ir cerrando el tratamiento que iniciamos hace un par de entradas. (Continuará)
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