Desde las de dar ánimos y esperanzas a las personas que lo necesitan, hasta la de contradecir a la gente en exceso negativa, por determinista. Pasando por aquellas que enfatizan la imposibilidad de una acción, otra forma de negatividad.
Y por supuesto que se puede aplicar en cualquier campo del conocimiento humano. Sean Ciencias o Artes. No importa, todos están hechos por el hombre. Son por tanto Humanidades.
Por ejemplo, para muchos, en la segunda mitad del siglo XX, era inimaginable que se pudiera hacer un comic con una temática seria y adulta. Era algo imposible, sin sentido.
Se ve que al tratarse de un género asociado a los superhéroes y las estúpidas tiras cómicas de los periódicos, pues pensaban que la cosa no podría ir más allá.
Sin embargo Art Spiegelman, entre otros, en la década de los ochenta demostró que eso era posible con Maus. Y vaya si fue más allá.
Advertidos quedan, nunca digas…
Bueno por tres cuarto de lo mismo ocurre en el terreno de las ciencias y las tecnologías. Donde tampoco faltan los agoreros de las imposibilidades. Aunque en este caso el asunto es más grave, ya estábamos avisados desde 1962.
Es la fecha en la que el conocido escritor británico A. C. Clarke (1917-2008), que destacó como novelista y divulgador científico, publicó su libro de divulgación científica ‘Perfiles del Futuro’.
Que contiene un ensayo titulado 'Peligros de la profecia: la falta de imaginación', donde aparece la que es conocida como Primera Ley de Clarke, que dice:
“Cuando un científico famoso, pero ya de edad, dice de algo que es posible, es casi seguro que esté en lo cierto. En cambio, si afirma que es imposible, probablemente, se equivoca”.
A título orientativo les diré lo que significa la expresión de "pero ya de edad", según el señor Clarke:
"En físicas, matemáticas y astronáutica significa tener más de treinta años; en otras disciplinas la decadencia senil se pospone hasta los cuarenta.
Existen, por supuesto, gloriosas excepciones; pero como sabe cualquier investigador recién egresado, los científicos de más de cincuenta no sirven para nada, excepto para reuniones de directorio, y deberían ser mantenidos fuera del laboratorio a toda costa".
La idea de esta serie de entradas la he sacado de una lista que, a finales de 2008, la revista de informática T3 publicó como las diez (10) peores profecías tecnológicas de la historia.
Bueno, pues en esta dirección es en la que deseo desarrollarla. Y para muestra ahí van algunos de los “nunca digas nunca jamás” científicos-tecnológicos.
Una especie de profecías en el campo de las ciencias, que nunca jamás se llegaron a cumplir.
01. “Los americanos necesitan el teléfono. Nosotros no. Nosotros tenemos mensajeros de sobra”
Así contestaba en 1878 Sir William Preece, por aquel entonces director del Post Office británico, cuando fue consultado sobre la nueva y emergente tecnología de comunicación estadounidense, el teléfono.
Un aparato inventado en realidad por el italiano Antonio Meucci y no por el estadounidense Alexander Graham Bell. Pero esa es otra historia, una historia de patentes, que hoy no toca.
La de hoy es un "correo vs teléfono", por lo que continuamos con la frase de Preece y la perspectiva que dan los 134 años transcurridos desde que la pronunció. Y lo cierto es que tal afirmación suscita una sonrisa condescendiente por nuestra parte.
Casi conmueve la aparente ingenuidad del que era, por esos entonces, la máxima autoridad en “telecomunicaciones” de la nación inglesa. Vamos que no era un "mindundi".
Pero claro, para nosotros es fácil. Sabido es que “A toro pasado todos somos Manolete”. Ya me entienden. (Continuará)
Existen, por supuesto, gloriosas excepciones; pero como sabe cualquier investigador recién egresado, los científicos de más de cincuenta no sirven para nada, excepto para reuniones de directorio, y deberían ser mantenidos fuera del laboratorio a toda costa".
La idea de esta serie de entradas la he sacado de una lista que, a finales de 2008, la revista de informática T3 publicó como las diez (10) peores profecías tecnológicas de la historia.
Bueno, pues en esta dirección es en la que deseo desarrollarla. Y para muestra ahí van algunos de los “nunca digas nunca jamás” científicos-tecnológicos.
Una especie de profecías en el campo de las ciencias, que nunca jamás se llegaron a cumplir.
01. “Los americanos necesitan el teléfono. Nosotros no. Nosotros tenemos mensajeros de sobra”
Así contestaba en 1878 Sir William Preece, por aquel entonces director del Post Office británico, cuando fue consultado sobre la nueva y emergente tecnología de comunicación estadounidense, el teléfono.
Un aparato inventado en realidad por el italiano Antonio Meucci y no por el estadounidense Alexander Graham Bell. Pero esa es otra historia, una historia de patentes, que hoy no toca.
La de hoy es un "correo vs teléfono", por lo que continuamos con la frase de Preece y la perspectiva que dan los 134 años transcurridos desde que la pronunció. Y lo cierto es que tal afirmación suscita una sonrisa condescendiente por nuestra parte.
Casi conmueve la aparente ingenuidad del que era, por esos entonces, la máxima autoridad en “telecomunicaciones” de la nación inglesa. Vamos que no era un "mindundi".
Pero claro, para nosotros es fácil. Sabido es que “A toro pasado todos somos Manolete”. Ya me entienden. (Continuará)
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