domingo, 12 de agosto de 2012

La “estrella de la suerte” de la selección española de baloncesto (II)


(Continuación) Y sí, es lo que se está imaginando. Es la misma marca, Li-Ning, que viste a España en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 ¿Qué cosas, no?

De ahí nos viene el vínculo con el estrellado símbolo de la suerte. Que nos ha traído una suerte desigual, a rachas. Pero que, sorprendentemente, no le ha servido a la propia empresa

Les digo esto porque a la firma deportiva que les viste, esa estrella mágica no le ha servido de mucho en nuestro país.

El Juzgado de lo Mercantil número 12 de Madrid declaró a Li-Ning España, hace unas semanas, en concurso de acreedores. Vamos, lo que antes se llamaba vulgo suspensión de pagos.

Si esa es una muestra de su capacidad “atractora de suerte”, aviados estamos. Como dijo el castizo, apaga y vámonos.

¿Qué tiene que decir la ciencia? 
Bueno pues qué quieren que les diga. La credulidad de la estrella no es más que una muestra, una más, de pseudociencia oriental en la línea de “hacer caja”. Ya ven por donde voy.

Otro negocio fraudulento del “rollete” de lo esotérico.

No es la primera vez que enrocamos este tema de pseudociencia, ciencia, credulidad y engaño por lo que no nos vamos a repetir hoy.

A la total falta de pruebas empíricas de que consigue lo que pregona, no parece que ellos hayan conseguido ese equilibrio energético-económico en España, le hemos de añadir la jerga, supuestamente científica, con la sazona sus explicaciones.

Todo un clásico en este mundo fraudulento, con el que pretenden dar un cierto rigor científico y apariencia de verosimilitud a lo que dicen. Sencillamente entremezclan en su verborrea pseudo-filosófica, términos científicos como elemento, energía, transformaciones, etcétera.

Y todo ello con la intención de engañar y seducir a personas sin formación científica, pero que, a poco que se informen, no tardan en darse cuenta de que lo que dicen carece del más mínimo fundamento teórico desde el punto de vista de la ciencia.

Vamos que no es más que un galimatías pseudocientífico. Una macana embaucadora. Una milonga fraudulenta.

No es cierto que los polos magnéticos sean una dualidad energética.

Ni que existan cinco elementos en la naturaleza. O que la madera, el fuego, la tierra, el metal y el agua sean elementos desde el punto de vista de la ciencia.

No existe la energía en ascensión que, según dicen, aparece en verano. Como tampoco existe la energía descendente que, al parecer, lo hace en primavera. (Continuará)


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